Es así que, no pocos en México, reniegan de otros muchísimos mexicanos que no hacen, piensan o votan por lo que ellos quieren.
Por si necesitáramos de ejemplos para confirmarlo, hoy mismo circula por redes sociales un video que, bajo el título de: “Intelectuales piden: ¡Ni un voto más al PRI”, un grupo encabezado por Denise Dresser e integrado por Javier Sicilia, Clara Jusidman, Ernesto Villanueva, Clara Luz Álvarez, Carlos Gidi, Enrique Galván y Sergio Aguayo, entre otros, piden eso, no dar ni un voto más al tricolor en el Estado de México.
En las mismas redes hay otras expresiones de esta corriente, una de las cuales advierte: “¡Quien sea descubierto votando por el PRI, se le va a partir su Madre!”.
¡Ups!
En fin, unos y otros de esos grupos también quisieran fulminar al PVEM, y reniegan ante la existencia de PT, Movimiento Ciudadano y Partido Nueva Alianza, éste último creado por la Maestra Elba Esther Gordillo.
¿Razones?… son aliados del PRI y contrarios a Andrés Manuel López Obrador, ese personaje que los vuelve irracionales hasta la estupidez.
En medio de esta polarización sólo queda una verdad: justo así somos.
Y el voto –comprado, inducido, impuesto o emitido razonada y voluntariamente por millones-, es el que define, ha definido al final de cuentas el reparto del poder en México.
El voto que, haiga sido como haiga sido, es el que nos ha dado el gobierno que tenemos, desde la Presidencia de la República, cada uno de los 32 gobernadores, uno a uno los más de 2 mil 400 alcaldes y los diputados locales y federales junto con los senadores.
Es el voto ciudadano, emitido emocionalmente la mayor de las veces, el que nos ha impuesto esa masa heterogénea, multicolor, con o sin ideología, con o sin ética o preparación, de políticos que detenta el poder legal y legítimo aunque a algunos no les guste y amanezcan todos los días amargados porque este y aquel, ocupen tal o cual cargo, o porque un mexiquense llegó y sigue en Los Pinos.
Pocos entienden, aceptan, entre ellos el mencionado grupo de “intelectuales” del video, que lo queramos o no, lo que tenemos en el Gobierno es lo que los mexicanos todos hemos decidido tener.
Y con humildad y un mínimo de inteligencia debemos admitirlo, sin descalificarnos.
El domingo, en el Estado de México, Nayarit, Coahuila y Veracruz, muchos millones de mexicanos ejercerán una vez más el ritual institucional del voto ciudadano.
Nada me dice que no vaya a ser en paz.
Entonces habrá 3 nuevos gobernadores, 270 nuevos alcaldes y 55 nuevos diputados locales.
Sin duda muchos de ellos serán del PRI, PAN, PRD y Morena. Al final, como ha ocurrido ya a lo largo de los ya casi últimos 100 años, será la reiteración del ascenso al poder por la vía del voto en México.
De eso se trata. Ni más ni menos.
AGENDA DE FIN DE SEMANA
Evidentemente este fin de semana es excepcional. Hoy y mañana se vivirán los previos para la gran contienda electoral del domingo en Estado de México, Coahuila, Nayarit y Veracruz.
Llegan los contendientes y partidos cubiertos de descalificaciones e impugnaciones.
Innumerables son los posibles escenarios que deriven de lo que decida el voto de los habitantes de esos 4 estados.
Ni qué decir que a pesar de que los medios centraron su atención en el Estado de México, igualmente importante será la renovación de poderes estatales y municipales en cada uno de los 4 estados.
Hoy sólo queda hacer una proyección final: Si Delfina gana en el Estado de México, será el arrebato para AMLO y MORENA- Seguro que ahí dirán: ¿no que no?. Todos caminarán ahí seguros de que van a ganar en el 2018.
Pero si pierde, será el desastre básicamente para uno sólo: Andrés Manuel López Obrador.
Si eso ocurre el voto mexiquense lo volverá a sumir en los comentarios y el golpe social que significa el “ya merito”, o la inevitable burla del “este no gana una” porque López Obrador lleva ya 13 años de ir a todas sin ganar ninguna.
¿Autoritario, arrogante, tendrá la capacidad del ir al autoanálisis? ¿De reconocer que se equivocó y que cometió el error de intentar destruir al PRD antes que reconocer que lo necesitaba para ganar?
Si pierde el PRI no habrá la mínima conmiseración ni oportunidad para Enrique Ochoa Reza. No la habrá tampoco para el Presidente Enrique Peña Nieto.
Pero si gana Alfredo del Mazo gana, entonces se reactivarán las fuerzas internas y ya nadie podrá negar que pueden retener la Presidencia de la República en el 2018.
Es una cuestión de percepciones que seguramente se convertirá en una acción importante de triunfo al interior del priísmo.
El PAN entra a las horas finales sin ninguna esperanza respecto de su candidata Josefina Vázquez Mota. Pero en este caso Ricardo Anaya, que festejó el más grande de los triunfos hace un año al ganar entonces 7 de 12 gubernaturas, podrá ahora asirse a un posible triunfo en Nayarit y un muy ambiguo gane en Coahuila.
Celebrarán los panistas de Anaya la victoria en gran parte de las 212 alcaldías veracruzanas, algunas de ellas importantísimas.
Y el PRD llega al 4 de junio como el gran ganador de esta contienda. Ni desapareció ni fue sometido por López Obrador, sino al contrario. El PRD pasará a esta historia como el partido que determinó los resultados de la contienda de 2017.
SUMAS Y RESTAS DE AMLO
Pero el único que tendrá que entrar en una revaluación y reorientación interna, será MORENA.
Cargará un buen rato con el caso de Eva Cadena y el tema de los dineros recibidos para ser entregados a López Obrador. Y deberá dar una respuesta a sus señalamientos de que los diputados veracruzanos de MORENA reciben bonos que son destinados a pagar giras y concentraciones de AMLO.
De igual manera deberá redefinir sus alianzas con la Maestra Elba Esther, con el grupo de senadores oportunistas encabezados por el poblano Miguel Barbosa, respecto de su alianza con el PT y sobre todo deberá aclarar sus vinculaciones con el venezolano Nicolás Maduro y la Venezuela bolivariana-Chavista.
Y ni que decir que deberá intentar recomponer su relación con los medios y los periodistas. Una relación ahora menos que inexistente. Enfrentada.
El tiempo será muy corto para que López Obrador pueda recomponer todo eso.
¿Por qué se les descompusieron tantas coas al mismo tiempo? La respuesta a cada cosa deberá encontrarla nadie más que él.
Lo que resulte de todo esto lo comenzaremos a ver, a vivir a partir del lunes que viene.