México dispone de una línea de crédito flexible por 86 mil mdd en 2017 del FMI

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Banxico
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La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y el Banco de México dieron a conocer lo anterior y dijeron que como resultado de esta revisión anual, el FMI confirmó que México cumple con todos los criterios de calificación necesarios para acceder, en caso de requerirlo y sin condición alguna, a la totalidad de recursos dispuestos por este instrumento que superan los 86 mil millones de dólares[2] (62,389 millones de Derechos Especiales de Giro).

Esto significa que, de acuerdo con la opinión del FMI, México ha preservado la fortaleza de sus políticas económicas y los fundamentos de su economía continúan estando sanos.

Tras la conclusión de la revisión efectuada por el FMI sobre la economía mexicana, el Directorio Ejecutivo del Organismo resaltó los siguientes elementos, que forman parte de sus criterios para la evaluación:

Una posición externa sostenible. El déficit en cuenta corriente se mantiene en línea con las variables fundamentales de mediano plazo y con un marco sólido de políticas económicas. El análisis de sostenibilidad de la deuda continúa mostrando que la deuda externa de México sigue siendo relativamente baja; además, refleja que el déficit en cuenta corriente es también bajo y la posición neta de activos externos, manejable.

Acceso ininterrumpido a los mercados financieros internacionales de capitales en condiciones favorables. México es de los países emergentes con mayores calificaciones crediticias. Además, el país continúa teniendo la posibilidad de emitir bonos soberanos a tasas de interés bajas.

Una posición adecuada de reservas internacionales. El nivel actual de las reservas internacionales es adecuado.

Finanzas públicas sanas, incluyendo una posición de deuda pública sostenible y el compromiso con una trayectoria de consolidación fiscal. La política fiscal ha sido prudente y se espera que así continúe ya que se sustenta en reglas de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria. Destaca un cumplimiento consecutivo de las metas fiscales en los últimos tres años. Como resultado de este compromiso, se espera que la razón de deuda pública a PIB disminuya a partir de 2017 y continúe haciéndolo en el mediano plazo. Aunque este cociente es sensible a las proyecciones de crecimiento, del tipo de cambio y de los precios del petróleo, se estima que la deuda siga siendo sostenible incluso ante la eventualidad de choques negativos severos.

Inflación baja y estable. Si bien la inflación general ha superado el objetivo de 3 por ciento ante el incremento en los precios de los combustibles –como parte del proceso de liberalización de los mismos– y por el traspaso de la depreciación cambiaria, se prevé que ésta converja al objetivo hacia finales de 2018. Las expectativas de inflación de mediano y largo plazos están bien ancladas, lo cual avala tanto la naturaleza transitoria de las presiones inflacionarias actuales, como la credibilidad de la política monetaria.

Un sistema financiero sólido y la ausencia de problemas de solvencia que podrían poner en riesgo la estabilidad sistémica. Los niveles de capitalización y de liquidez de los bancos se mantienen en niveles adecuados conforme a los estándares internacionales y los estados financieros corporativos son resilientes a fluctuaciones cambiarias. Asimismo, existe una supervisión efectiva del sistema financiero por parte de las autoridades mexicanas.

Una implementación continua e ininterrumpida de la agenda de reformas estructurales. La agenda de reformas estructurales es amplia y cubre, entre otros, los sectores energético, de telecomunicaciones, financiero y educativo, así como aspectos de competencia, fortalecimiento del estado de derecho y de combate a la corrupción. Se espera que estas medidas incrementen el potencial de crecimiento de la economía mexicana.

La disponibilidad de información estadística es adecuada y cumple con los criterios de transparencia e integridad. La calidad de la información estadística de México continúa siendo alta y apropiada para la conducción de un análisis efectivo de sus políticas, y cumple con los criterios internacionales en la materia.

Indicadores internacionales sobre la calidad de las instituciones demuestran que México posee una efectividad de gobierno superior al promedio. La calidad institucional de la política económica está sustentada por el régimen de objetivos de inflación que implementa un banco central independiente, una Ley de Responsabilidad Hacendaria, y un sólido marco regulatorio y prudencial para la supervisión financiera. Las reformas que se encuentran en fase de implementación para un combate más efectivo a la corrupción, incluyendo la creación del Sistema Nacional Anticorrupción, incrementarán la transparencia y mejorarán la gobernanza en el país.

El FMI reconoce el compromiso de las autoridades de México de preservar la credibilidad y solidez de las políticas, mantener la fortaleza de los fundamentos de la economía y salvaguardar la estabilidad financiera.