Propone Misión Latam I crear agencia espacial latinoamericana en Mars Deset Research Station

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UNAM
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Caminar por el desierto para conquistar el espacio, soportar climas extremos, estar lejos de sus patrias y familiares. Los seis latinoamericanos de la tripulación comparten el idioma, la pasión por el conocimiento, el sueño de conquistar Marte y las mismas preocupaciones sobre los problemas sociales que atraviesan sus respectivos países.

A diferencia de miles de sus paisanos que también se ven forzados a cruzar caminando los desiertos de Estados Unidos, los seis astronautas análogos fueron muy bien recibidos por la mitad más grande de la sociedad estadounidense. La que sí cree en la ciencia, la que entiende que la globalización debe ser para todos y la que entiende que los verdaderos aliens –if any–, son los marcianos.

En el campamento de la MDRS localizado en el desértico sur del estado de Utah, las jergas locales y los acentos se mezclan durante la sobremesa. En el Hábitat las conversaciones son sobre sistemas satelitales, radiación, nanopartículas, astronomía, energías renovables y astrobiología, pero también sobre sus familias.

Conformada por Yair Piña (México), Victor Román (Perú), Camilo Andrés Reyes (Colombia), Leonardo Valencia (Colombia), Yendri Corrales (Costa Rica) y Gabriel Caballero (Argentina), la primera misión latinoamericana en la MDRS son un grupo de jóvenes científicos de excelencia, pero con una virtud principal, saben soñar.

Saben que en sus países hay carencias y preocupaciones que requieren de atención inmediata, pero como lo ha reiterado Víctor Román en su blog que escribe en el portal de ciencia http://www.sophimania.pe/: “Si sabemos utilizar los resultados que la investigación aeroespacial suele proveer, tendremos más gente de nuestro lado para hacerlo realidad”.

Por ello, además de sus logros científicos en esta misión, cada uno de ellos llevará a su país la iniciativa de crear la Agencia Espacial Latinoamericana, un proyecto que ayudaría al crecimiento de las disciplinas relacionadas con la exploración del espacio, también en esta región.

Mientras juegan ajedrez, conversan de libros y de una de sus películas favoritas: El Marciano, no dejan de hacerse preguntas ni de plantearse proyectos de trabajo en común. Camilo Reyes, colombiano, constantemente bromea con el estudiante de la UNAM, Yair Piña. Le da sugerencias para mejorar su entonación: “más despacio, aquí tienes que alzar la voz y luego haz una pausa”. Han trabajado juntos en la cápsula Aztratos (dispositivo para analizar todos los temas de presión, radiación, temperatura, muestras de la atmósfera). Lo acompañó en el primer intento de lanzamiento de Aztratos en la Facultad de Ciencias de la UNAM, en la Ciudad de México. En esa ocasión las condiciones meteorológicas pospusieron el despegue.

Mientras el resto de la tripulación recoge la mesa, lava los platos, Camilo está ocupado en la elaboración de un cartel. Pregunta a sus compañeros sobre la redacción de la petición amorosa que enviará a una chica española vía messanger. No lo quiere hacer por el Facebook, “se enterarían todos”. El consenso es que el mensaje perfecto es el universal: “¿Quieres ser mi novia?”

Camilo está orgulloso de su labor como oficial del invernadero y en estos días escribió en su Facebook:  ¿Por qué los humanos invertimos tanta energía y recursos para llegar a Marte? El ingeniero lo deja muy claro: lo llevamos en nuestra esencia, en nuestra sangre, el ser humano ama lo desconocido. Y sabe que todos los esfuerzos dedicados a la ciencia tienen resultados inmediatos: todo el conocimiento dedicado a la conquista de Marte puede ser aplicado para mejorar la vida en la tierra.

La tripulación está orgullosa de su líder, Yendri Corrales, la comandante, la cabeza del equipo. Estudió ingeniería química en la Universidad de Costa Rica y un doctorado en ciencia de los materiales, aplicado en nanotecnología en la Universidad Estatal de Sao Paulo UNESP (Brasil) y en la Universidad de Bremen (Alemania). Sentada en el sillón revisa sus anotaciones, no necesita alzar la voz para inspirar a su equipo. Ofrece café a los visitantes a la MDRS sin importar que tienen las raciones limitadas. En la sesión de fotos, Yair Piña reitera que para exteriores no puede usar el uniforme azul y que todas las decisiones que tome requieren de la aprobación de su Comandante.

La Mars Society es una asociación estadounidense sin fines de lucro que realiza actividades e investigaciones con el objetivo final de generar información, así como difundir la importancia de la exploración y asentamiento humano en Marte. Se enfoca en generar conciencia en el público, la política y los medios, acerca de la presencia permanente en el planeta rojo. La Mars Desert Research Station la dirige Shanon Rupert, quien ha brindado todo su apoyo a esta primera Misión Latinoamericana. 

La Misión Latam I sabe que el desierto hay que vencerlo, que, como dice uno de ellos, “la ciencia no sabe de muros ni de nacionalidades”. Se reconocen convencidos de que las ciencias enriquecerán la investigación y contribuirá en la Conquista de Marte. El Marciano es una de las películas que comentan con gran interés, incluso algunos miembros de la tripulación se identifican con el protagonista. El libro en el que se basa la película nos ayuda a entender que el Desierto no sólo tiene vida, también es el gran sinodal a vencer:

“Marte es una tierra desolada y estoy completamente solo en ella. Eso ya lo sabía, por supuesto. Sin embargo, hay una diferencia entre saberlo y experimentarlo realmente. A mi alrededor no había nada más que polvo, rocas y un desierto interminable en todas direcciones. El famoso color rojo del planeta se debe a la capa de óxido de hierro que lo cubre todo. Por tanto, no es simplemente un desierto: es un desierto tan viejo que está literalmente oxidado” (El Marciano, Andy Weir).

Líderes en sus países en la causa de convertir en realidad el viejo sueño de visitar el planeta vecino, los integrantes de la tripulación LATAM I seguirán su camino rumbo al planeta rojo. Su próxima parada es Polonia.