Es imperativo felicitar a la inmensa mayoría del pueblo francés por haber parado la escalada del ultra conservadurismo, en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, celebrada este domingo 7 de mayo.
Emmanuel Macrón, político de “centro” (yo siempre he estado seguro de que el centro es el vacío, la nada total) que se ganó a pulso la simpatía del pueblo, triunfó con el 65 por ciento de los sufragios, venciendo a Marine Le Pen, con un 35 por ciento del electorado, como lo informaron las agencias de prensa internacionales.
Analistas y observadores calificaron el triunfo de Macrón como un golpe fuerte a los gobiernos ultra, inaugurada hace un poquito más de cien días por Donald Trump, en EU, y que habría significado un grave conflicto entre Francia y la Unión Europea. Inclusive, más significativo que el Brexit de Gran Bretaña.
Una obviedad: a Marine Le Pene, candidata de los ultraconservadores, no le alcanzaron las boletas electorales a su favor para revolucionar hacia la derecha a La Unión Europea, de la cual Francia es uno de los socios más prominentes. Habría sido el caos para los europeos y para el mundo del hemisferio occidental.
El triunfo de Macrón sobre Le Pen es interpretado como un hecho parecido a lo que temen el gobierno y los ultraconservadores priístas y panistas, y algunos periodistas a modo aunque otros convencidos: eleventual triunfo de Andrés Manuel López Obrador en las elecciones presidenciales del 2018.
Según las encuestadoras, en especial las que levantan las encuestas de la Presidencia de la República, el presidente del partido Morena (Movimiento de Regeneración Nacional) lleva con creces la delantera en la carrera hacia la Presidencia
(y por tercera ocasión) por encima del PRI y el PAN, que creyeron que se repartirían la presidencia desde un sistema bipartidista al estilo estadounidense .
Vamos a esperar qué hacen PRD, PT y MC ante el llamado, casi una advertencia, de López Obrador, a que se unan a Morena ya, lo cual les garantizaría una buena cantidad de sufragios para que por lo menos no pierda ninguno su registro como partido político en las condiciones en que compiten solos.
Es predecible que Movimiento Ciudadano y el Partido de los Trabajadores pudiesen aliarse a los morenistas sin problemas. Pero los perredistas, en cuyas filas AMLO tiene muchos enemigos (si, enemigos; no adversarios) tendrán que afrontarse a si mismos, especialmente los llamados Chuchos (antilopezobradoristas por naturaleza), y tomar la decisión de irse a Morena. Si no lo hacen, se quedarán solos pues entre sus bases y en buena parte de sus cuadros dirigentes, hay simpatía por el tabasqueño. Aparte de que, legalmente, debe de ganar el candidato de Morena.
Aclaro que este escribidor no ha sido ni es miembro de ningún partido y menos simpatizante de uno u otro candidato. O sea que él no gana nada, ni le interesa ganar, si gana zutano. fulana o perengana en las elecciones para gobernador del Estado de México.
Aquí, contra lo sucedido en las elecciones francesas, en las que jamás se creería un fraude electoral porque los franceses desconocen qué es eso, ciertamente ya se está preparado la transa con un esperado “triunfo” del candidato del grupo Atracomulco por encima de la candidata de Morena, que ha sido la favorita de los electores mexiquenses. El “triunfo” del PRI en el
Edomex sería la antesala del desconocimiento del triunfo de López Obrador, en el 2018.
Este escribidor espera que así sea porque en el extremo, en el que tiene metidas las narices la Casa Blanca, con todas sus agencias, nadie permitirá que el gobierno de México quede en manos de “la izquierda” que dicen significa AMLO. Yo no estoy de acuerdo, pero convéncelos…