Sin casi nada que festejar en un aniversario más del día del trabajo, la organización sindical necesaria para defensa de los derechos laborables está “desgastada” y “corporativizada” con líderes envejecidos que controla a los obreros con dos saldos: millones de trabajadores y familias pobres, y un puñado de dirigentes sindicales charros e independientes ricos junto con patrones.
Olvidando el derramamiento de sangre de sus pares en Río Blanco y Cananea en el siglo pasado, los eternizados líderes corporativizados e independientes dejaron de defender los derechos laborales de sus representados, y acompañando a los empresarios y gobierno federal han contenido salarios, desde hace casi cuatro décadas, desmantelado prestaciones, conculcando derechos laborales con casi cero huelga, cuyo recurso lo ejercen para amparar sus derechos o violaciones contractuales.
Es decir, se seguirá cumpliendo esa máxima atroz: explotados y explotadores, por lo que este primero de mayo los obreros mexicanos poco tuvieron que recordar.
A pesar de ser una forma de organización para defender los derechos de la clase trabajadora, el sindicalismo mexicano está desgastado, se ve como un fardo y sirve para controlar a los trabajadores. Además se le reclama una gran deuda con las nuevas generaciones.
Acaudalados y lujos por doquier, sus dirigencias están envejecidas convertidas en verdaderas oligarquías y se han convertido en caciques desde la época neoliberal. El “charrismo” ha ocasionado un daño tremendo a los obreros al votar a favor de la reducción del poder adquisitivo de los trabajadores.
En su publicación de la “Historia del movimiento obrero mexicano”, Luis Araiza, escribe que “nada existe tan universal y tan antiguo como las luchas sociales, a través de los siglos, el trabajo de los pobres se ha transformado en la fortuna de los ricos, de ahí el antagonismo irreductible del débil contra el fuerte.
“Los fenómenos económicos, políticos y sociales, que en sus épocas más agitadas vio nacer el viejo mundo, fueron el resultado de la división de la Sociedad en dos clases: explotados y explotadores.
“Por la defensa de la libertad y justicia social la sangre ha corrido a torrentes y se han formado inmensas montañas de cadáveres, dejando tras de sí, el amargo recuerdo que recoge la historia en las páginas negras de la fatídica y dolorosa distancia que han tenido que recorrer los pueblos por alcanzar un fin, por alentar una noble y santa aspiración o por invocar un sublime ideal. Reclamando su derecho conculcado.
“Bajo el movimiento de estos factores sociales y las ideas que han elevado sucesivamente el nivel de la civilización, queda al descubierto un principio primitivo: la esclavitud. Principio que se halla en todos los pueblos antiguos que se extienden sobre la tierra”.
VIEJA PRACTICA DE LOS DIRIGENTES SINDICALES ETERNIZARSE EN EL CARGO
Una vieja práctica en el sindicalismos mexicano ha sido que un pequeño grupo de dirigentes sindicales de trabajadores al servicio del Estado o del sector privado se eternizarán al frente de sus organizaciones acompañando al gobierno y a los empresarios.
Un caso emblemático está Fidel Velázquez, quien dirigió medio siglo a la Confederación de Trabajadores de México para controlar al movimiento obrero.
Y no nada más eso, a cambio de los servicios prestados al sistema, se enriquecieron sin rendir cuentas a nadie. Algunos de ellos, como el líder petrolero Carlos Romero Deschamps, el del Suterm, Víctor Fuentes del Villar, el de los ferrocarrileros desde 1995, Víctor Flores, y el mismo dirigente “independiente” con 12 años al frente del SME, Martín Esparza, quienes no ocultan su riqueza.
Y mucho se ha publicado de estos personajes. En el Congreso del Trabajo, dirigentes como Joel Ayala, de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), lleva al frente de esa central desde 1998, hace casi 20 años, periodo en el que rompió con Elba Esther Gordillo al no permitir un relevo en diciembre de 2003.
La Nueva Central de Trabajadores (NCT), encabezada por Martín Esparza, también dirigente del SME, y Benito Bahena, líder de la Alianza de Tranviarios de México (ATM), han sido acusados de imponerse en varias elecciones por grupos de sus respectivas disidencias.
En la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), donde a pesar de existir una presidencia colegiada, el principal actor es el líder de los telefonistas, Francisco Hernández Juárez, quien prometió encabezar este sindicato de manera democrática hace 41 años, cuando fue elegido por primera vez en el cargo.
Hernández Juárez fue elegido por primera vez en 1976, con bandera democrática y criticando que su antecesor, Salustio Salgado, había permanecido más de 10 años en el cargo. Hernández Juárez lleva 41 años en el poder y es de los sindicalistas que han ocupado un cargo de elección popular, de 2009 a 2012 fue diputado federal por el PRD.
Un caso parecido es el de Agustín Rodríguez, quien fue elegido como secretario general del sindicato de la UNAM en 1994 y actualmente es uno de los presidentes colegiados de la UNT.
Con casi 23 años al frente de esa organización, ha superado a Evaristo Pérez, dirigente del mismo por 18 años. Rodríguez Fuentes ha tratado con cuatro rectores de la universidad y también ha sido diputado federal por el PRD en dos ocasiones.
En el Congreso del Trabajo, dirigentes como Joel Ayala, de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), lleva al frente de esa central desde 1998, hace casi 20 años, periodo en el que rompió con Elba Esther Gordillo al no permitir un relevo en diciembre de 2003.
Los lujos de estos dirigentes sindicales no se ocultan. Por ejemplo, el líder petrolero Romero Deschamps goza de bolsas millonarias para diversas actividades del gremio, pero no entrega cuentas a nadie. Eso sí su hija viaja con su mascota en jet.
Al líder del SUTERM, Fuentes del Villar con un salario de 20 mil pesos mensuales, le han documentado propiedades por más de 30 millones de pesos y tuvo en propiedad un Audi con valor de 2 millones de pesos. Y la lista dirigentes ricos es interminable.
Para la diputada federal de Morena Araceli Damián el charrismos sindical ha causado un daño tremendo y ha actuado de acuerdo a los deseos del gobierno federal.
Recordó que se hicieron las reformas estructurales que han permitido la pérdida acelerada del salario, de prestaciones sociales, los líderes charros también plantearon también una serie de reformas han reducido los derechos a la seguridad social, toda la reforma de las cuentas individuales.
Citó el caso de los trabajadores del sector privado afiliados al IMSS que con la ley del 97 empiezan las cuentas individuales con lo cual se “destruye su esperanza de tener una vida más o menos digna al final de sus días”, mientras el sindicato del IMSS organizado logra tener para sus agremiados pensiones de 120 por ciento.
Los dirigentes sindicales, añadió la legisladora, es un grupo de poder de élite que andan en Ferraris, como el de PEMEX, Romero Deschamps que su hija viaja en Jet, o que les consiguen pensiones verdaderamente insultantes, obscenas de 250 mil pesos, mientras para la clase trabajadora, tienen la pensión garantiza de 2 mil y tanto pesos por no lograr tener las cotizaciones suficientes.
Dijo que el primero de mayo los trabajadores independientes salen a la calle ha manifestarse precisamente por el daño que se les ha hecho a las familias mexicanas desde los años 80 y hasta la fecha, mientras que los líderes charros le hacen el juego al gobierno y a Peña Nieto un evento (en Los Pinos) que lastima a la sociedad por la hipocresía de esos líderes charros.
Al preguntarle sobre el desmantelamiento del artículo 123 constitucional, apuntó: “Así es. La aprobación de la outsourcing que antes no era legal se legalizó, por la reforma que se hizo a la Ley Federal del Trabajo. Los líderes charros controlan a sus agremiados para que no haya manifestaciones y no frenar esas las reformas.
La legisladora indicó que la CTM, CROC, CROM, no representan los intereses de los trabajadores, en absoluto, ellos protegen a una camarilla que se dicen ser los representantes legítimos de los trabajadores.
“Son ellos con uñas arregladas, injertos de cabello y sacos de marca”, los que votan junto con el gobierno y los empresarios la reducción del poder adquisitivo de los trabajadores, mientras los verdaderos trabajadores apenas y tienen para salir avante al final de la quincena y muchas veces se quedan sin recursos para cuestiones necesarias”.
Damián González observó un “debilitamiento del sindicalismo que se da a partir de era neoliberal que precisamente se abren los mercados de capital, financieros y de bienes que permite libre movilidad de las empresas y de su dinero.
“Mientras que a los trabajadores cada día la migración internacional cuesta más trabajo y ese sería el único mecanismos mediante el cual la fuerza laboral global podría hacer frente al capitalismo avallasador que hay desde los 70 y los 80 y eso no permite que haya un éxito en la organización sindical, además del control que esas centrales obreras le sirven al gobierno y ahora también a los empresarios”.
Comentó que el sindicalismo “charro” con el PAN se portaron también “muy bien”, muy obedientes con todas las reformas, de hecho ellos fueron parte de los que avalaron la reforma laboral de Calderón que en realidad fue el regalo para el inicio del gobierno de Peña Nieto.
Opinó que mientras no cambie el régimen de control por parte del PRI, PAN y sus aliados, será difícil que los trabajadores logren una democratización real en sus organizaciones, porque al final de cuentas aunque haya modificaciones de ley que los puedan favorecer su organización sindical, de todas maneras tienen el control.
Deterioro salarial desde cuando, está pulverizado?
En relación al deterioro salarial, dijo que desde 1976, más o menos tenemos un cálculo de casi el 80 por ciento la pérdida del poder adquisitivo del salario mínimo, por lo que para cumplir el mandato constitucional en cuanto a sus necesidades y de sus familias, los emolumentos de los trabajadores deberían de ser de 350 pesos diarios.
Recordó que en la Cámara de Diputados se instauró una Comisión para recuperar el poder adquisitivo del salario mínimo, sin embargo, añadió, el PRI lo tiene capturado y no avanzan los trabajos.
En cambio, el PRI y sus aliados, aprovechan para hacer reformas que van a lastimar a los derechos de los trabajadores, y está sustituyendo el salario mínimo por UMA en situaciones en las que no deben de ser como por ejemplo pensiones, becas, una serie de cuestiones que si tienen llegar a la definición de salario mínimo, alertó.
El gobierno federal no están dispuesto a subir el nivel del salario mínimo que corresponde y los aumentos son irrisorios, señaló la legisladora de Morena, quien refirió que el último aumento de 8 pesos fue excepcional y alcanzó los 80 pesos, pero es insuficiente.
Por eso invitó a los trabajadores a que en 2018 reflexionen quiénes van a votar porque si continúan los partidos que están en poder México no va a caminar a favor de los trabajadores.
Actualmente el sindicalismo, necesario para la defensa de los derechos de los trabajadores y coadyuvante del desarrollo, está muy desgastado y se ve como un “lastre” o “fardo” y va en contra de los trabajadores sin tener cabida en el modelo económico neoliberal, opina ya no tiene cabida, Edwin Ramírez Lemus, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Social de la UNAM.
Dijo que en la reforma laboral en la 61 legislatura del Congreso de la Unión, los representantes del movimiento obrero en la Cámara de Diputados no le entraron al debate de las uotsourcing, entonces particularmente el sindicalismo en México se ha identificado por combatir este tipo de prácticas, por lo menos en el discurso.
Considera que el sindicalismo tiene un margen de acción reducido, más allá de que represente en un sindicato pequeño en comparación a los grandes sindicatos como los mineros, o el sindicato de profesores.
El sindicalismo, añadió, entró en un proceso de desgaste y no se han podido conectar con las nuevas generaciones. “Yo que tengo 32 años, no pertenezco a ningún sindicato, no me voy a jubilar, no tengo derechos laborales y eso la mayoría de la gente no lo ve, la fuerza laboral no lo ve, el sindicalismo como tal tiene una deuda muy grande con las nuevas generaciones, porque no han sabido transmitir la importancia de un sindicato se ve como un lastre o como un estorbo para el desarrollo de cualquier empresas o institución y la cultura laboral necesita cambiar”.
Al preguntarle si el sindicalismo ha sido un control de obreros, responde:
“No es gratuito que el PRI tenga un sector obrero y sus líderes se ven beneficiados con puestos políticos, una relación corporativa, el partido hegemónico en su momento, le dio cabida a las dirigencias sindicales para que estas tuvieran controlado al movimiento o a los trabajadores, y eso reventó en los 70 con los movimientos sociales y armados, el Estado como tal esa cultura prevalece, el sindicalismo oficial es una correo de transmisión para dosificar o controlar a los trabajadores, ese es el problema del sindicalismo actual”.
En entrevista, señaló que el sindicalismo en México es corporativo de institución, y ese aparato de control se mantiene vigente, y cuando hubo la alternancia entre el PRI y el PAN, las cosas no cambiaron. El deterioro de los trabajadores es preocupante hay menos derechos laborales, menos prestaciones sociales y los trabajadores ya no tienen derechos y sí tienen obligaciones que cumplir.
Recordó que “no es gratuito que un trabajador hay sido despedido de manera injustificada y demande a la empresa y en caso de que gane el juicio, le van a compensar un año de salario, aunque el juicio dure 20 años”.
Aclaró que está a favor de los sindicato, aunque no cambian y generan inercias sin dar cambios al país. Se manifestó a contra las juntas de conciliación y arbitraje, porque el “Estado queda fuera” se van a borrar del mapa, ese es un elemento interesante, porque esas juntas funcionan como caja negra entre los arreglos informales entre sindicatos y empresas o patrones se arreglaban y que se controlan por grupos de interés muy importantes que se vieron beneficiados no necesariamente al trabajador.
En relación de los contratos de protección, dijo que los sindicatos “blancos” o “fantasmas” se prestan a eso. Algunas telefónicas como Movistar o Telcel cuando un operador ingresa lo afilian a un sindicato sin saber cuál es. A los trabajadores los están explotando y tienen cada vez menor menos elementos para defenderse, protegerse y ya no para ganar derechos sociales, sino para mantenerlos o no perder los que ya se tienen.
Sobre el enriquecimiento de los dirigentes sindicales del sector obrero, mencionó que hay casos de líderes como el de los ferrocarrileros (Víctor Flores) que de repente tiene una serie de propiedades y de riquezas que son inexplicables, es una relación muy perversa entre las estructuras del Estado y los sindicatos, una relación de mutua conveniencia.
Las dirigencias sindicales tienen una característica muy importante que es un factor que permea en todos, dirigentes de 20 o 30 años. Agustín Rodríguez Fuentes tiene en el STUNAM desde el 1994 a la fecha entonces se ha vuelto redituable, le conviene más mantenerse como dirigente sindical, que movilizarse a otras zonas de la estructura política, ese es el gran problema que la dirigencias ya están envejecidas y son verdaderas oligarquías las que están ahí y se han convertido en caciques.
Francisco Hernández Juárez, líder de los telefonistas surgió como un movimiento fuerte y legítimo, desde que se fundó el sindicato y él era muy joven con 20 años y sigue siendo el dirigente de los telefonistas, finalmente esa ola democrática no permeo en los sindicatos, no ha habido una renovación de dirigencias y hay cambios cuando se retira, se muere o se encarcela, como en el caso de Elba Esther y se cambio por otro que hizo un trabajo político por el sindicato y en ese grupo hegemónico.
Indicó que la clase trabajadora no tiene un futuro promisorio, ser trabajador en este país es una condena al no generar la nueva fuerza laboral derechos sociales como salud universal, un salario digno está prácticamente fuera, subcontratación es una práctica que se generaliza y se combate a los sindicatos y no han dado mucho de su parte y se está combatiendo la cultura de la organización de los trabajadores, el panorama es triste, bastante gris para la fuerza laboral.
Urgió un debate sobre el poder adquisitivo del salario mínimo de 70 pesos se ha menguado y genera descontento, porque con ese dinero nadie sobrevive.
Admitió que el sindicalismo oficial y no oficial han mantenido a los trabajadores dóciles, de mantenerlos controlados y que han sido benéficos contra los dirigentes y se han alineado y si son incómodos pues encarcelarlo, por motivos políticos.
Y se le recordó el caso de líder minero, Napoleón Gómez Urrutia que andan de fuga. “Exactamente, todos saben que han acumulado una riqueza inexplicable y no los cuestionan, pero empiezan a estar en contra y los persiguen, y ese es el reto de los dirigentes sindicales, ‘pórtense bien’, jueguen con el sistema para que el Estado les otorgue la dádivas y a cambio necesitamos que los trabajadores estén tranquilos y en paz y es más ya no generen más organizaciones sindicales y muchos beneficio para los empresarios”, subrayó el profesor Ramírez.