Responsabiliza Graue al Estado de financiar la educación superior en el país

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UNAM
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“Con autonomía de decisiones, sin injerencias externas y con financiamiento público nos enfrentamos al presente y nos proyectamos hacia el futuro”, señaló ante rectores de instituciones de educación superior de América Latina y el Caribe.

Los ingresos de las universidades públicas, prosiguió, deben estar sujetos a la transparencia y la rendición de cuentas, al tiempo que reconoció que no son tiempos fáciles para estas instituciones, pues las condiciones económicas no son propicias para su crecimiento.

Sin embargo, es necesaria la formación que brindan para que sus sociedades participen en el actual mundo dinámico y competitivo. “El Estado debe entender que la educación pública de calidad debe ser gratuita mientras las desigualdades sociales persistan”, remarcó.

Al participar en el Foro Internacional “Impacto y Trascendencia de la Universidad Pública en América Latina: Hacia un modelo de universidad pública regional de cara a los procesos sociales emergentes”, hizo un recuento de la historia de la UNAM, como un proceso evolutivo para consolidarse como una institución autónoma, pública, laica y gratuita.

Durante su ponencia “La Autonomía Universitaria: lecciones históricas y proyección social” expuso que como otras instituciones latinoamericanas la Universidad Nacional albergó en su seno movimientos estudiantiles que buscaron su autonomía: para gobernarse a sí mismas, lograr la libertad de cátedra, mantener diferencias frente a acciones totalitarias del Estado y pugnar por la gratuidad, lucha que permanece vigente.

La autonomía en las universidades públicas, añadió, no es un concepto único, pero es la historia de su relación con el Estado en diferentes contextos sociales. “Es la determinación de que deben ser libres, plurales y diversas. Es la voluntad inequívoca de determinar el rumbo académico sin influencias externas. Es un concepto en constante construcción que nos arraiga a nuestra historia”.

Graue Wiechers reconoció que entre los problemas que enfrenta la educación superior están el desempleo, subempleo y la precariedad laboral de los jóvenes, que en algunas regiones han tenido como respuesta el nacionalismo acentuado (chauvinismo). Además, el crecimiento de la información hace necesaria una educación permanente y complementaria.

Finalmente, insistió en que la educación como motor de desarrollo es una obligación del Estado, porque a mayor nivel educativo hay mayores ingresos, más capacidad de desarrollo social, mayor posibilidad de entender y tolerar las diferencias y las diversidades, así como de vivir en un mundo sustentable.