Propuso exhortar a autoridades federales, estatales y municipales a que, en el ámbito de sus competencias, establezcan campañas permanentes de esterilización y mecanismos para el control de la población de perros y gatos que nacen, viven y se reproducen en las calles del país.
Para lograrlo, es vital que las autoridades le presten atención al tema, lo integren a la agenda pública e instrumenten una mayor difusión y concienciación. Refirió que Holanda es un caso de éxito en políticas públicas eficaces para el control de población de perros y gatos en la vía pública, constituyendo un referente al respecto.
Indicó que los perros callejeros están condenados a torturas extremas, lesiones y enfermedades de todo tipo y a muertes tempranas. De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Pública, la contaminación de suelos por heces fecales es la principal fuente de infección humana.
Los estados con más altas tasas de víctimas mordidas por perros son: Hidalgo, Puebla, Durango, Ciudad de México, San Luis Potosí, Yucatán, Oaxaca, Sonora, Quintana Roo, Guerrero, Tlaxcala y Baja California Sur. En el lado opuesto están Aguascalientes, Querétaro, Baja California, Tabasco y Chiapas.
García Pérez subrayó que México carece de una cultura del cuidado de los perros y gatos, no existe un registro sobre la vinculación del propietario y su mascota, “lo que genera se abandonen en la calle; éste debe ser regulado de mejor forma por las autoridades y contar con un adecuado control, registro y sanidad”.
El sacrificio de animales, práctica usual, o la recolección y ubicación en asilos de animales, solamente funcionan por un tiempo limitado y no como medida a largo plazo para la reducción de la población de perros callejeros. La adopción tampoco disminuye el problema, “ya que aparecerán nuevos”.
La diputada panista resaltó que en los Países Bajos, las organizaciones voluntarias jugaron un rol importante en la reducción del sufrimiento animal, por lo que es altamente aconsejable incluirlas y darles un papel activo en este proceso. Estos grupos están altamente motivados para brindar recursos y experiencia, además de tener una amplia red de expertos en esta materia.
Se debe buscar el compromiso de las organizaciones de protección animal y educación a la población para disminuir el número de perros y gatos callejeros. “No podemos olvidar que los animales no deben ser considerados y usados como objetos, ellos también son capaces de sentir alegría, dolor y sufrimiento”, concluyó.