De acuerdo con proyecciones de 2015, añadió, en México cada habitante produce 1.040 kilogramos diarios de basura, lo que representa 46 millones de toneladas al año, sin embargo, se recicla alrededor de cinco por ciento de los residuos depositados en los tiraderos.
Entre las causas por las que se aprovecha una mínima parte de los desechos generados están la incipiente cultura de separación de basura, el número reducido de plantas de tratamiento de residuos, el que no exista mercado para reciclar todos los materiales y se carezca de empresas formales que efectúen esta labor.
El Tereftalato de polietileno (PET), el aluminio, el cartón y el papel son los desechos que más se reciclan; en menor proporción el vidrio, ya que su precio de compra es bajo y pesa mucho, por lo que no es fácil manejarlo, recuperarlo y transportarlo, detalló el especialista.
Las llamadas chácharas, como ropa y tenis, entre otros artículos de desecho son rehabilitados para volver a utilizarse por otras personas, indicó Cuéllar Salinas, quien comentó que, en contraste, hay materiales que sería conveniente recuperar para proteger el ambiente, pero que no se hace porque no hay mercado o porque las tecnologías para reutilizarlos no son accesibles.
Es el caso del unicel que, además de usarse para utensilios domésticos se emplea para empacar diversos aparatos electrónicos. “En otros países se dan incentivos a quienes ponen empresas para recuperar unicel y reutilizarlo […] porque es ambientalmente adecuado, pero en el nuestro no, entonces no se recicla”, agregó.
El académico politécnico comentó que también tendrían que reciclarse las lámparas fluorescentes, ya que contienen gases de mercurio, polvos fluorescentes, vidrio y tapas de aluminio que en otros países se reciclan, pero en el nuestro prácticamente no, lo que implica incumplir la norma.
“No hay un sistema que obligue a fabricantes o comercializadores a recuperar esos residuos y tratarlos, aunque incluyan en el precio de venta el costo del tratamiento, ese sistema no existe en México”, afirmó.
Fundamentalmente, en Europa y Japón el reciclaje se realiza por razones ambientales, mientras que en América Latina éste se lleva a cabo por supervivencia de las personas que se dedican a ello, es decir, la basura proporciona una fuente de empleo que permite que una parte de la población sobreviva aun cuando la recuperación de materiales se haga en condiciones insalubres, apuntó.
Cuéllar Salinas recomendó dejar de consumir artículos que tengan envases en demasía, preferir los empaques reciclables a los que no lo son, fomentar el consumo responsable y separar los residuos, lo cual es muy importante porque facilita su recuperación y reutilización.