De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el suicidio es un problema de salud pública y una de las principales causas de muerte en el mundo, especialmente entre los jóvenes. Más de 800 mil personas en el orbe mueren cada año por esa causa, esto es, una muerte cada 40 segundos, refirió.
Indicó que este fenómeno en México presenta una tendencia creciente en los últimos 30 años, debido a que en el 2014 se registró un total de seis mil 337 eventos, 40 por ciento en edades de 15 a 29 años, registrando este grupo una tasa de 7.9 casos por cada 100 mil jóvenes.
Resaltó que, de acuerdo con el estudio “Prevención del Suicidio. Un Instrumento para Médicos Generalistas”, de la OMS, publicado en el año 2000, entre 40 y 60 por ciento de las personas que cometen suicidio consultaron a un médico en el mes anterior a su muerte, aunque fueron muchos más los que vieron a un médico general que a un psiquiatra.
En este estudio se establece que los países donde los servicios de salud mental no están bien desarrollados, la proporción de personas en crisis suicida que consultan a un médico general, tiende a ser mayor, por lo que identificar, valorar y manejar a los pacientes suicidas es una tarea importante del galeno, quien juega un papel crucial en la prevención del suicidio, expresó.
Corona Valdés comentó que aproximadamente 90 por ciento de las personas que han puesto fin a su vida tenían un trastorno mental y un 60 por ciento estaba deprimida al momento de cometer el acto.
Destacó que los servicios de salud deben incorporar la prevención de estas muertes como un componente central, implementar estrategias y, en el caso de detectar una situación, atender a la persona en riesgo.
Manifestó que es importante implementar campañas en las entidades federativas, para ampliar la capacidad en la atención primaria de salud, a fin de mejorar el manejo y la evaluación de los comportamientos suicidas, con la participación de personal de salud no especializado.