Además, es resistente a los antibióticos, lo que complica su tratamiento, explicó el investigador del Centro de Ciencias Genómicas (CCG)de la UNAM, Santiago Castillo Ramírez, quien estudia la evolución de este microorganismo, así como los genes que lo hacen más fuerte.
“La variación en el contenido de genes parece ser una fuerza evolutiva importante y ocurre a gran velocidad: hasta 10 veces más rápido de lo que se esperaría por mutaciones puntuales”, explicó.
El doctor en Ciencias Bioquímicas analiza actualmente una colección de alrededor de 120 cepas de esta bacteria –facilitadas por el Instituto Nacional de Cancerología (INCan)–, a partir de las cuales busca entender los mecanismos que generan la variación en el número de genes.
“Es frecuente que los pacientes lleguen al hospital por alguna enfermedad y adquieran infecciones por bacterias nosocomiales, y pueden fallecer si es una cepa resistente a casi todos los antibióticos. A veces se recurre a antibióticos agresivos, pero pueden causar daño hepático severo”, comentó.
Castillo Ramírez, quien ha realizado estancias de investigación en universidades como la de Toronto, en Canadá, y de Emory, en Estados Unidos, y desde hace siete años se dedica a estudiar la micro evolución de los patógenos de los hospitales, expuso que no se sabe con exactitud cuántos tipos de bacterias hay en esos lugares, pero sí se conoce que la mayoría son causadas por unas cuántas especies.
Entre ellas las más comunes son: Enterococcus faecium, Staphylococcus aureus, Klebsiella pneumoniae, Acinetobacter baumannii, Pseudomonas aeruginosa, Escherichia coli, Clostridium difficile, y especies de Enterobacter.
Su existencia en los sanatorios se debe a que cuentan con genes resistentes a los antibióticos: genes que les permiten sobrevivir largos periodos en condiciones adversas, y otros que las hacen más virulentas.
El universitario expuso que no hay muchos estudios respecto a la frecuencia con que se presentan las infecciones por estos microorganismos, pero su número no es despreciable en los hospitales de México y el mundo.
“En la última década estas infecciones recibieron atención porque fueron adquiridas por soldados norteamericanos e ingleses que estuvieron en Irak y Afganistán y sufrieron traumas por explosivos. No sabemos mucho, no hay tantos estudios que traten de establecer la incidencia y prevalencia de ellas en la mayoría de los países”, reiteró.
Finalmente, Castillo Ramírez informó que hoy en día realiza investigaciones con recursos del Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica (PAPIIT), que buscan determinar la variación filogeográfica del genoma accesorio (parte del genoma en donde se suelen localizar los genes que confieren la resistencia a antibióticos y los factores de virulencia) de cepas deAcinetobacter baumannii, y establecer cómo se relaciona la población de esta bacteria en México con el resto de las poblaciones a nivel mundial.