Se requiere, agrega, que estos gobiernos de coalición sumen a las principales fuerzas políticas del país, entreguen un proyecto al Congreso –Senado y Diputados-, para que desde ahí se vigile y sancione su aplicación con cero corrupción.
“En los gobiernos debe haber coexistencia de fuerzas políticas, que, independientemente de quien triunfe, se sumen las fuerzas políticas y legislativas que hayan participado en la contienda.
“Hay que mejorar la gobernabilidad, y si ya dimos el paso de las coaliciones, démonos la oportunidad de reglamentarlas, hagamos el trabajo necesario para que se reglamente, que poco le hemos invertido a las coaliciones de gobierno”, afirmó.
Lo que se requiere, en síntesis, afirma el sonorense es un cambio de régimen.
Su conclusión es apoyada por todos los participantes del 13 Congreso Iberoamericano de Derecho Constitucional realizado a fines de la semana en el Palacio de Minería, y que además de Beltrones, estuvo encabezado por Cuauhtémoc Cárdenas, Diego Fernández de Cevallos, Diego Valadés y Juan Ramón de la Fuente.
El foro podría haber tenido cualquier otro nombre. De lo que se trataba, y ahí quedó para quienes deben saberlo, el mensaje de que todos estos personajes podrían bien promover un Frente Nacional por Gobiernos de Coalición del cual podría salir, por ejemplo, una candidatura independiente consensuada encabezada por Manlio Fabio Beltrones en 2018.
Una candidatura que podría llevar como compañeros de fórmula a otros de ellos que dieran forma precisamente un proyecto de Gobierno plural, que representara realmente a las mayorías mexicanas, esas que hoy se sienten excluidas de las grandes decisiones nacionales.
Beltrones lo señala así:
– De otra forma y según lo señalan las encuestas, advirtió, en 2018 habrá un Presidente de la República surgido sólo del 30% de los votos emitidos tan sólo por el 60% del padrón electoral.
– Es decir, un mandatario endeble y con muy poca legitimidad porque ese Presidente apenas representaría realmente al 18% del total de los electores.
– Con esa base tendría que gobernar a un país tan plural como lo es México hoy.
Todo ello sin contar con que se repetiría la fórmula desgastada del Gobierno de “un solo hombre”, cuando debiera ya socializarse la toma de decisiones.
El evento en sí indica que Beltrones ni está excluido de la política, ni de la posibilidad de ir por la Presidencia de la República, pero desde una posición distinta, y sin romper ni traicionar a su partido, el PRI.
La suya es además una posición de continuidad porque fue él quien promovió primero como líder de los senadores del PRI y luego como coordinador de los diputados del tricolor precisamente la inclusión de la figura de Gobiernos de Coalición en la más reciente Reforma Política.
Las circunstancias lo colocan ahora en la punta de hacer realidad esa figura.
Esta fórmula, explica, acabaría con las mayorías artificiales expresadas falsamente en las cámaras de senadores y diputados, mayorías que sin sustento popular emiten leyes y normas que luego son rechazadas por el pueblo.
“Aquí lo que se busca es que, con gobiernos compartidos, se acaben los gobiernos divididos. Es sumar fuerza política y legislativa a quien obtenga el triunfo en la elección presidencial, eso es lo que está haciendo falta. Y esta suma de fuerzas políticas o de fuerza política y legislativa es lo que hace más funcional, gobernable, estable y cierto a un gobierno…
“El punto específico está en preguntarse si esta Constitución nos está dando a nosotros la gobernabilidad requerida, cuando esa gobernabilidad nos debe traer estabilidad que tanto estamos nosotros buscando y al mismo tiempo certeza”, dijo.
El punto es entonces el de analizar si los gobiernos de “un solo hombre”, de una sola persona, deben subsistir, o si es la co-habitación, la co-existencia de todas las fuerzas políticas, interactuando dentro de un proyecto común, lo que debe surgir.
Los hechos indican claramente, afirma, que México requiere de un cambio al régimen político para obtener una gobernabilidad democrática.
“De lo que se trata no es de hacer unas coaliciones electorales, sino de llegar a las verdaderas coaliciones de gobierno que registren su programa ante el Congreso, un programa común de gobierno al que se deben sujetar para evitar las sorpresas”.
Para llegar a eso se requiere dejar atrás las coaliciones electorales que no representan nada y que terminan incluso antes del día de la votación.
“Lo que hay que hacer es revisar programas comunes y que el Congreso vigile la calidad de esos gobiernos, en base a la probidad de todos los que colaboren con el Presidente en turno.
“Y esto solamente se puede hacer mediante los estímulos a la coalición, a la convivencia entre distintas fuerzas, que a final de cuentas logren limar las asperezas que pudieron generarse en la contienda electoral, para hacer un buen gobierno con certidumbre con certeza hacia el futuro”, detalló.
Sólo así, afirma Beltrones, se alcanzaría una administración con credibilidad y real sustento popular, realmente democrática y sobre todo, con mayor gobernabilidad.
“¡Hagámoslo ya!”, urgió al señalar que la fragmentación del voto ciudadano demanda de darle al Sistema Político las posibilidades de ir a un Gobierno de Coalición que consolide a un régimen democrático con gobernabilidad.
No es posible que México sea gobernado por un Presidente que sólo alcanza el 18 por ciento de los votos del Padrón Electoral, indicó.
En forma colateral los participantes advirtieron que este cambio de régimen debe estar sustentado en un combate directo al mal endémico de la corrupción. Debe combatirse desde las más altas esferas hacia la base de los poderes para enfrentar los retos y desafíos que tiene México a 100 años de la promulgación de la Constitución de 1917, indicaron.
Recuperar la confianza en las instituciones es uno de los elementos para fortalecer la gobernabilidad, así como la integración de todas las fuerzas políticas y de la sociedad civil, a fin de regresar al ciudadano al centro del proceso democrático, afirmaron.
Juan Ramón De la Fuente, ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México consideró que fortalecer la gobernabilidad requiere de regresar la confianza a los ciudadanos, dado que la mayoría de la población, en especial los jóvenes, no se sienten representados en el Congreso.
Diego Valadés afirmó que la impunidad, corrupción y violencia junto con la concentración excesiva de la riqueza y la proliferación de la pobreza son los principales elementos que generan la desconfianza hacia el gobierno.
“Creo que lo que estimula la desconfianza es lo que vemos día a día, la corrupción impunidad, violencia, ineptitud y un fenómeno que es devastador para cualquier sociedad, la multiplicación de la pobreza y la concentración excesiva de la riqueza. En materia de indicadores, México es uno de los más desequilibrados. México es uno de los países más desiguales y eso contribuye a la desconfianza que tenemos”, afirmó.