La ostentación desenfrenada de la riqueza mal habida, la desigualdad aberrante, la impunidad sin límite, la discriminación e intolerancia hacia los pobres y miserables, que llegan al paroxismo, están conectadas directamente al poder que les confió en un momento absolutamente insospechado apenas un 20% de mexicanos que eligieron este gobierno.
Los fatuos podrán pasarse la vida culpando a los pobres partidos políticos de convocar a las manifestaciones de repudio en 27 estados de la República. ¡Brincos dieran! Está visto que las franquicias de oposición sólo han ganado, solas o aliadas, elecciones en menos de cinco gobiernos estatales hoy establecidos, históricamente comprobado. ¿De dónde viene el miedo?
Y aunque en elecciones presidenciales la oposición ha barrido y se ha alzado con ventajas impresionantes, El Sistema se ha negado sistemáticamente –apoyado por poderes financieros y empresariales ultramontanos– a reconocer su triunfo, para coronar en su lugar a espurios como Carlos (Salinas de Gortari) de México o al beodo Felipe de Jesús Calderón Hinojosa.
Quien incendia al país. Quien echa más gasolina al incendio social, es el mismo muchacho cincuentón de Atracomulco, quien un día llama a la unidad, otro hace la autopsia de la gallina de los huevos de oro, y al siguiente que el gasolinazo “es como un parto, pero beneficioso para México”. ¡Ya cállenlo, por el amor de Dios!
¡Tomen su democracia! ¡Sólo han incendiado al país!
La penetración de los sistemas radioeléctricos al servicio del gobierno impidió en ambos casos que las masas adoptaran una actitud de rebeldía, pues fueron convencidas subliminalmente que “los males de la democracia, se curaban con más democracia”. ¡Tomen su democracia! ¡Sólo han incendiado al país!
Hoy, la desesperación de los empoderados es evidente. Reparten culpas a diestra y siniestra, sin aceptar que son ellos los responsables de que sólo el 7% de los mexicanos gane un poco más de diez mil pesos mensuales para si acaso sobrevivir, dato avalado por las cifras oficiales de sus oficinas de estadística, jamás desmentido.
Sólo el 3% de los mexicanos gana 180 mil pesos o más. La pirámide social está totalmente desquiciada. El otro 90% se debate en la angustia económica. Vive y muere con ingresos que son imposibles, observando cómo los toluquitas hacen cera y pabilo del dinero que se les confió, utilizándolo para sus aberraciones, en el despilfarro y en la ostentación.
Claro, son datos duros sujetos a rectificación. Eran aceptados hasta dos meses antes de los gasolinazos. Habrá que ver, con la carestía, la desocupación y la avalancha de miseria que se viene, en cuánto quedan los informes del INEGI sobre la aberrante e injusta distribución del ingreso. Desde luego, ni con los maquillajes palaciegos podrá atenuarse su dantesco perfil.
IEPS, para engrosar los abultados bolsillos de los mentecatos
Ese y no otro es el panorama real de un país en ruinas. Mientras, los privilegiados del sistema exhiben con descaro meridiano sus excesos en redes sociales, tan injustamente vilipendiadas cuando se trata de su participación en los enfrentamientos sociales, tan aplaudidas cuando de exhibir el desenfreno de las claques éstas las utilizan.
Frente a ello, el avorazamiento del gobierno sigue sin tener límites. Hasta el alza desenfrenada a la gasolina y los carburantes esenciales, como la luz y el gas, es atizada con una desmesurada proporción de impuestos federales al costo de los mismos, en un porcentaje inusitado, con una voracidad desmedida, nunca antes vista.
El pueblo se resiste a creer que esas alcabalas vayan a invertirse en gastos sociales como alimentación, seguridad social, vivienda, salud e infraestructura básica para la supervivencia, pues está convencido que nuevamente engrosara los abultados bolsillos de los mentecatos y será dinero tirado al caño. Cría fama y échate a dormir, dicen en la calle.
Irritan el saqueo y la quiebra maquinada de Pemex y de la CFE
Irrita el despilfarro, la rapiña y la mentira, en boca de los cariacontecidos como Peñita, Videgaray, sus lacayos Meade, El Niño ñoño Nuño, Eruviel Ávila y hasta el disminuido Oso…rio Chong, quienes se prestan para un barrido o un trapeado, según convenga al discurso del presidentito saqueador y su delfín favorito, que nunca ha sido ni financiero ni diplomático, sino un ladrón de siete suelas, igual que su paciente de Los Pinos.
Irritan el saqueo y la quiebra maquinada de Pemex y de la Comisión Federal de Electricidad que, antes de su llegada al poder, eran baluartes del proceso económico del país. Es producto directo de una reforma energética hecha para destruir cualquier asomo de independencia y democracia.
Pensada para entregarle a las empresas gabachas absolutamente todo lo que tuviera algún significado nacionalista, hasta los clavos del ataúd. Una reforma energética defendida a capa y espada por los entreguistas de siempre: los medios de comunicación que cobran a precio de oro el “talento” de los foristas televisivos manufacturados a mano para sentenciar el futuro del país a cambio de puñados de dólares.
En el festín de los idiotas, remataron absolutamente todo
Ellos fueron los lorocultores que aplaudieron el desmantelamiento de las industrias nacionales de carburantes y los abusos de Lozoyita Austin en Pemex y de Enrique Ochoa Reza en la CFE, para sacar los mayores provechos y comisiones que fueron a dar también al cochinito de la campaña presidencial del padrino de ambos, Luis Vi(rey)garay, dueño absoluto del aparato depredador.
Jamás les importaron las nóminas de trabajadores expertos de campo, los haberes patrimoniales, los presupuestos diseñados a modo, las existencias industriales, los activos propiedad del Estado y de todos los mexicanos que lo hacen posible. Ellos, los poderosos, estaban en el festín de los idiotas. Remataron y subastaron absolutamente todo.
Sólo reprodujeron hasta el absurdo las imágenes que reforzaban su consumismo demagógico, el control mediático de las ilusiones ciudadanas y finalmente, la desaparición de la identidad y la pertenencia a valores superiores de la nacionalidad, al alejamiento de los verdaderos objetivos del país.
El impacto de las redes sociales que los exhibe en su justa dimensión
Utilizaron las redes sociales, los bots de sus paniaguados, para exhibirse bailando con los pingüinos en la Patagonia, manejando sus Masseratis y Ferraris, paseando a sus mascotas en aviones de súper lujo, de propiedad personal, o disfrutando de lo mal habido en grandes despilfarros en lujosos centros extranjeros de moda, con pieles anaranjadas y maquillajes de postín, propios de enajenados mentales.
Ahora se quejan del impacto de las redes sociales que los exhiben en su justa dimensión. Dicen que son producto de revoltosos. A las manifestaciones les llaman rebeldía, mientras que a su saqueo le llaman espíritu reformista. Si vaciar las tiendas es saqueo, ¿cómo se llama la voracidad con la que han destruido al país? se pregunta la gente sensata en la calle.
Y todavía se atreven a proferir, en el mascullo disléxico del aborrecido Peñita que no habrá marcha atrás, ni un milímetro en el cobro pantagruélico de los impuestos gasolineros. Ni aunque la plaza pública pida sangre, según dijo El Niño ñoño Nuño cuando defendió la fantasmal reforma educativa o cuando Meade, como “canciller”, sostuvo que la masacre de los jóvenes de Ayotzinapa, ejecutada por los sicarios de El Sistema, no iba a reflejarse en la buena imagen del gobierno.
Un sentido de revancha contra el pueblo que excede los límites
La difícil situación en la que se debate el país también es producto de revoltosos, pero éstos con un poder descomunal, con un sentido de revancha contra el pueblo que excede los límites razonables de cualquier irresponsabilidad. Con la saña de los malnacidos, de una casta que cree merecer respeto y homenajes.
Han llegado a las fronteras de la historia de México. Un crimen de lesa patria que no es posible que alguien justifique. Descerebrados, ladrones insensatos, bandoleros con charola, interesados de todos los bajos mundos, aspirantes al máximo poder, de su misma ralea, seguirán siendo repudiados por el pueblo.
Un país en llamas, es el resultado de los sicarios toluquitas. ¡Que se larguen todos, pero que antes devuelvan lo que se llevaron!
¿No cree usted?
Índice Flamígero: Don Miguel Ramírez envía –desde Torreón, Coahuila– su colaboración sobre Donald Trump: “El próximo viernes llega a la presidencia del país más poderoso del mundo un personaje siniestro, que tal parece que es la reencarnación del Hombre de las Cavernas. Si su estadía en la Casa Blanca –la de allá, no la de acá–, fuera por los cuatro años correspondientes al puesto que ocupará, el mundo, y en primerísimo lugar México, podría vivir una situación trágica, catastrófica, de consecuencias inimaginables. Pero hay suficientes razones para pensar que su mandato en los EU será breve. Algunas de éstas son las siguientes: sus numerosas ilegalidades que ha cometido y los conflictos de interés con que está ligado pueden ocasionar que se le destituya de su cargo. Aunque hay grupos económicos poderosos que saldrán beneficiados por las acciones de Trump, al igual hay otros que las resentirán, por lo que serían capaces de conseguir un nuevo Oswald. También pueden presentarse simples ciudadanos estadunidenses desequilibrados, como el que cortó la vida de John Lennon o los que cometieron el acto terrorista en Oklahoma, y atenten contra Trump. El futuro presidente de los EU tiene algún parecido con Abdalá Bucaram, que fue presidente de Ecuador en el siglo pasado y a quien el Congreso de ese país destituyó por su evidente incapacidad mental; ojalá esto mismo sucediera en México con Peña Nieto. Como Donald Trump está relacionado con el medio artístico y ya algunas participantes en los concursos que organiza se han quejado de haber recibido tocamientos de él e, inclusive, se habla de la existencia de videos comprometedores, es muy probable que se conozca algún video sexual XXX en el que el personaje central sea Trump, realizando maromas y machicuepas propias de esta actividad. Así que, si bien el panorama se ve muy negro, posiblemente se aclare después de poco tiempo.” + + + El Poeta del Nopal, por su parte, hace llegar su epigrama, reloaded, bajo el título “La Gallina de los Huevos de Oro (II): El claro gallinicidio, / entre muchos desatinos, / devino, según Los Pinos, / ¡en aparente suicidio!”. Gracias, don Alfredo Álvarez Barrón.
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