Explicó que en este entorno difícil en el que se toman las decisiones, es reconfortante revisar que entre estos fundamentos se encuentran la relación económica y comercial con Estados Unidos, además de las reformas estructurales llevadas a cabo en México y que estarán ahí para el largo plazo.
“México puede, frente a la incertidumbre que se tiene por delante, hablar de energía, telecomunicaciones, asociaciones público privadas y encontrar en ellas y en el resto de las reformas estructurales, un mejor elemento de anclaje”, explicó el responsable de las finanzas públicas del país.
Al participar en el foro Perspectivas Económicas 2017 organizado por el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), Meade comentó que si bien México tiene perspectiva negativa en las tres principales calificadoras, actualmente cuenta con una mejor calificación de la que se tenía hace cuatro años.
“Las tres calificadoras nos tienen en un nivel superior al que nos tenían al principio de la administración y estamos haciendo lo que está en nuestras manos frente a un contexto, que igual que las calificadoras, reconocemos diferente y difícil”, afirmó Meade Kuribreña.
Ante los Ejecutivos de Finanzas, el secretario de Hacienda explicó que el contexto de menor crecimiento, de bajos precios del petróleo y de mayor incertidumbre alrededor de la relación en materia de integración comercial, obliga a todos a redoblar esfuerzos, no solamente de diálogo sino de política para ir mandando las mejores señales posibles.
“Si no nos está ayudando el crecimiento global, si no nos está ayudando nuestro principal socio comercial Estados Unidos, cuya producción industrial ha tenido un crecimiento negativo en los últimos años, y por lo tanto las exportaciones no han estado ahí como motor de crecimiento, lo que nos ha venido ayudando son las reformas estructurales que hoy nos permiten anclar un buen proceso de generación de empleos”, remarcó Meade Kuribreña.
Además, el funcionario público destacó que la deuda pública en México es manejable y administrable.
Muestra de ello es la madurez promedio de la deuda externa en México que es de 21 años, lo que quiere decir que es relativamente poco sensible a cambios en la tasa de interés y, sí por su nivel al tipo de cambio, pero menos a otras estructuras que hemos tenido en el pasado.
“Es una deuda bien gestionada, con buenas características, con un nivel que es claramente manejable y administrable comparado con nuestra región, comparado con la OCDE, pero que sería deseable, y es lo que vamos a buscar, que se estabilice y que empiece a bajar”, expuso el titular de Hacienda.
El foro contó con la participación del gobernador del Banco de México (Banxico), Agustín Carstens Carstens y el director general de Petróleos Mexicanos (Pemex), José Antonio González Anaya. Ambos coincidieron en que en México están sucediendo cosas buenas que deben aprovecharse para fortalecer la economía nacional.