Ya la hicieron en México los grandes inversionistas de tierras extrañas. En cuatro años se han apropiado de casi todos los grandes medios de producción que antes estaban en manos de mexicanos y en manos del Estado. Prácticamente, la industria del petróleo está ya privatizada y en manos de extranjeros. La usura, de no ser por los capitalistas asociados con Carlos Slim o con los grupos económicos de Monterrey y de Jalisco, está en manos de avaros extranjeros.
Hoy, grandes capitalistas de Europa, Asía, Australia, no es exagerado afirmarlo, son los dueños de México por obra y gracia de un gobierno que sigue una doctrina trasnochada como el Neoliberalismo, que no funcionó ni siquiera en los laboratorios de la Chicago U.
Estos paniaguados del Neoliberalismo ni siquiera saben qué es Patria, qué es Nación, que es Soberanía nacional. Todo lo ven a través de los anteojos del viejo usurero del pueblo de Atracomulco, que lo único que le interesa es la ganancia fácil, el negocio sucio, o la alianza con el crimen de traje y corbata y cuello blanco y soterradamente con el negocio prohibido de los barones del narco. No hay mucha diferencia entre la droga que comercia El Chapo o la Cocacola que nos receta Femsa. Ambos dos son nefastos para la salud humana. Y quizá más la cocacola que un gramo de cocaína porque está endulzada con toneladas de azúcar, buena sustancia para ejecutar humanos.
A pasos agigantados, los próceres del neocapitalismo naco están entregando la economía nacional a manos de extranjeros perniciosos, artistas plásticos de la explotación de la mano de obra; genios de la usura y de la especulación con las riquezas del subsuelo. Claro. Los que han abierto las puertas, en nombre de la patria, así con minúscula, no se van con las manos vacías. Mañana aparecerán en los consejos de administración de grandes empresas de capital extranjero, o como dueños (prestanombres) de cadenas de grandes almacenes dedicados a explotar mano de obra y poder de compra de los consumidores. Auténticas Tiendas de Raya al estilo del resucitado porfirismo. Aplicando, ad ovum, la ley de la necesidad y del abuso en tierra de indios, tierra de prietos, por sobre las leyes de la oferta y la demanda.
La banca mexicana casi ha desaparecido. La usura, ahora, está en manos de chinos de Hong Kong, de Shangai, de Londres, de Madrid y de Nueva York. Y en Los Pinos, sigue habiendo fiesta por los grandes negociosos de gran éxito. Con bombo y platillo, el ejecutivo continúa contando “buenas noticias”. El país se está entregando con óptimos resultados a los poderosos de este mundo. (Que se apure Slim, no le vayan a comer el mandado; a expropiar sus miles de millones porque el idilio es ahora con los extranjeros, con esa pasión y calentura malinchista que permitió la destrucción de una de las culturas más ricas del mundo, no sólo occidental sino del mundo. La cultura indígena de los toltecas, de los mayas, de los nahuas.
Recuerdo que Bernal Díaz del Castillo halló, por pura suerte, al llegar al Anáhuac la ciudad más bella de aquel pequeño mundo, ciudad bellísima levantada entre canales de aguas transparentes y cantarimas. Ni Londres, ni París y menos Madrid le llegaban a la suela del guarache. Y el idilio comenzó con La Malinche, la mujer náhuatl del Golfo de México, creo que de Macuspana, que jugó un papel importantísimo en la invasión española del imperio Azteca. Doña Marina sirvió de intérprete, consejera, amante e intermediaria del invasor Hernán Cortés.
Y si antier tocó el turno a los australianos, y ayer a los apátridas de Walmart, ahora fueron los españoles (¡A la reconquista, mis valientes!) los amantes bandidos, los usureros de la banca hispana. Santander hizo bailar la manzanilla a Peña Nieto, pletórico de emoción y de gran satisfacción por contar buenas noticias: los aboneros de la Iberia anunciaron una inversión en México por 15 mil millones de pesos (¿Cambiaron ya el euro por el peso?) para los tres años subsiguientes, pesos que desgraciadamente se les van a hacer chiquitos vertiginosamente, también en los tres años venideros. Algo les tenía que salir mal.
El presidente ejecutivo de la firma usurera, Héctor Grisi, detalló que se trata de la inversión más grande que ha hecho el grupo desde su llegada a México. Grisi detalló que con esta inversión se modernizarán sucursales, se actualizará su infraestructura y se reforzará su plataforma digital. (Es decir toda la estructura para desvalijar a los cuentahabientes). Y se cargará con las ganancias a la matriz matritense, tal como lo hace cualquier usurero extranjero adueñado del mercado del circulante monetario mexicano por obra y gracia de la clase política de la derecha política adueñada del poder político en México.