En su estudio “Embarazos tempranos”, el CEAMEG asegura que la edad de inicio de la vida sexual es un factor importante, ya que los menores aún no están completamente preparados físicamente para enfrentar embarazos a corta edad.
Un embarazo prematuro –explica- provoca deserción escolar o bajo rendimiento, lo que influirá en el desarrollo individual de las y los adolescentes, ya que entre menor sea la educación también las posibilidades de tener un empleo serán reducidas. Aunado a ello, una familia adolescente con escasa educación y bajos ingresos tendrá muchas dificultades para garantizar la asistencia de sus hijos a la escuela, perpetuando así la inequidad social.
Describe que los padres jóvenes aún no están preparados para asumir esa demanda física, social, educativa, psicológica y financiera. Mientras, a los recién nacidos los coloca en situación de mayor vulnerabilidad, pues su bienestar, desarrollo y porvenir depende, precisamente, de quienes se encuentran en un entorno de desventaja.
Indica que la maternidad y paternidad en la adolescencia también puede obstaculizar el desarrollo de los jóvenes al implicar costos de salud, económicos y sociales. A pesar de ello, continúa, mundialmente cada año 16 millones de mujeres entre 15 y 19 años tienen una hija o hijo, lo que representa el 11 por ciento de todos los nacimientos en el mundo; de ellos, el 95 por ciento tienen lugar en países en desarrollo.
Refiere que el embarazo temprano es un problema de salud pública que afecta negativamente a las mujeres y sus hijos. “Muchas presentan malnutrición, pues su régimen de alimentación está condicionado por su medio social y familiar, hecho que influye de manera determinante en el desarrollo del feto, por lo que corre el riesgo de parto prematuro, bajo peso al nacer y defectos congénitos”, detalla.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Dinámica Demográfica (ENADID) 2014, el embarazo en adolescentes se ha incrementado en los últimos años, puesto que la tasa de fecundidad entre el grupo quinquenal de 15 a 19 años aumentó de 70.9 nacimientos por cada mil mujeres en 2009, a 77 nacimientos por cada mil adolescentes en 2014, agrega.
Asegura que a nivel nacional existen diversos programas para hacer frente a este problema de salud púbica, tales como la Estrategia Nacional para Atender y Prevenir el Embarazo en Adolescentes o el Programa de Becas de Apoyo a la Educación Básica de Madres Jóvenes y Jóvenes Embarazadas, que tiene por objeto hacer que esta población acceda, permanezca y concluya su educación primaria y secundaria.
En la reunión de trabajo, la presidenta del Comité del CEAMEG, Guadalupe González Suástegui (PAN), indicó que este órgano trabaja en pro de los derechos de niñas y mujeres del país, generando información para enriquecer los trabajos de la Cámara de Diputados.
También se presentaron las nuevas integrantes del Comité, diputadas Erika Araceli Rodríguez Hernández, Edith Anabel Alvarado Varela, Arlet Mólgora Glover, Fabiola Guerrero Aguilar y Brenda Borunda Espinoza, del PRI.