Durante la presentación del libro “El amaranto, patrimonio gastronómico: Versión bilingüe”, aseguró que el Amaranto es parte de nuestra identidad y debe convertirse en un símbolo, “en esta época de súper alimentos para estar sanos y bien nutridos, esta semilla debe incluirse en una dieta balanceada como ingrediente indispensable”.
Señaló que es fácil de sembrar y no necesita mucho espacio, crece rápido, no necesita muchos cuidados, nutre los suelos, genera muchas semillas y pinta de colores los campos. Con sus semillas se elaboran galletas o el dulce tan conocido llamado “alegría” por lo que se le considera patrimonio gastronómico.
López Campa mencionó que la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos lo identifica como vegetal poco explotado pero con gran potencial al considerar que el Amaranto es uno de los 36 cultivos más prometedores del mundo por lo que lo describe como “el mejor alimento de origen vegetal para consumo humano”.
“La atención internacional ha surgido con gran interés por lo que actualmente países como China y la India lo cultivan y comercializan, reconociendo su aporte nutricional y cualidades para prevenir enfermedades, además es el único alimento que la NASA ha llevado al espacio para su desarrollo”, indicó.
Citó que en México es cultivado en los estados de Guerrero, México, Morelos, Tlaxcala, Puebla, Oaxaca, Michoacán y la Ciudad de México, se ha conservado y continúa siendo importante en la agricultura tradicional, sin embargo algunas variantes corren el riesgo de desaparecer por su cultivo limitado, sostenido por pocos agricultores de edad avanzada.
En Chihuahua y Veracruz, las hojas se comen a manera de quelites y en Durango se elaboran jabones a base del tallo, también se utiliza como colorante, como forraje para animales o como planta ornamental.
“Sin embargo los beneficios que brinda no han tenido la relevancia que se merece, falta impulsar su cultivo y comercialización interna, es más apreciado fuera de nuestras fronteras por lo que se necesita difundir su alto contenido proteínico y las bondades que proporciona para diversos tratamientos de salud y belleza”, afirmó.
Sostuvo que es tradicional en recetas culinarias de América, Asia y África. En México, además, se utiliza en medicina tradicional. Pueblos del norte del país lo usan para la cura de la tuberculosos, ictericia y problemas cardiacos, también se elaboran tamales con la planta y maíz o atole para la cura de bubas.
Además, se ha demostrado que las hojas de Amaranto son una excelente fuente de proteínas, además contienen buena cantidad de provitamina A y vitamina B,C, B1, B2 y B3. Posee minerales como calcio, hierro, magnesio, caretonoides, ácido fólico, niacina, fósforo, además contiene fibra y está libre de gluten.
Su valor nutritivo se caracteriza por tener mayor concentración de proteínas que ronda entre 15 y 18% más alta que el trigo, arroz y maíz, a su relevante proporción proteínica se suma el elevad aporte de carbohidratos dado que el almidón es su mayor componente.
Finalmente, expuso que estudios de la Functional Foods Center de Dallas, de la Universidad de Voronezh en Rusia y el Instituto Estatal de Nutrición de la Academia Rusa de Ciencias Médicas, reconocen el valor preventivo y terapéutico del aceite de Amaranto para el sistema cardiovascular y dentro de los usos para consumo humano.