A través de un punto de acuerdo, que fue turnado a la Comisión de Justicia, el legislador plantea hacer un llamado al gobierno de la Ciudad de México para que tome medidas urgentes a fin de garantizar la integridad de estos periodistas, que han sufrido ataques y amenazas en las redes sociales.
Señala que las amenazas se han intensificado y subido de tono de manera directa, así como contra sus familias.
Expone que Héctor de Mauleón ha publicado diversas columnas en el periódico El Universal, en las que ha denunciado hechos delictivos en la Ciudad de México, y sus publicaciones ayudaron a visibilizar lugares de alta incidencia delincuencial, que llevaron a las autoridades de la capital a intervenir en esos lugares; sin embargo, las denuncias provocaron amenazas por redes sociales contra su integridad.
Asimismo, las amenazas se extendieron a la periodista Denise Maerker, quien abrió espacio en su programa de televisión a las denuncias hechas por de Mauleón; lo que provocó que en redes sociales circularan imágenes de armas de fuego y amenazas contra la periodista, por reportar la actividad delincuencial que se vive en algunos lugares de la Ciudad de México.
El legislador subraya que el periodismo es fundamental para conocer la realidad en la ciudad, aunque enfatiza que si no se garantiza el libre ejercicio de esta profesión, en condiciones de seguridad e integridad, no puede afirmarse que se vive en clima de paz.
Delgado Carrillo expone que en México ser periodista es uno de las profesiones más peligrosas, ya que de acuerdo con la Federación Internacional de Periodistas (FIP), el país ha dominado la lista de las naciones más peligrosas de América para esta profesión.
Precisa que en el informe presentado por esta organización, el pasado 3 de febrero, nuestro país ocupa el tercer lugar entre las naciones más letales para ejercer el periodismo, solo detrás de Irak y Filipinas.
Comenta en el documento que la seguridad pública en la capital es una función esencial encargada al gobierno de la Cuidad de México, por lo que no puede entenderse un buen ejercicio de gobierno que no garantice lo esencial: la seguridad e integridad de las personas.
Esta situación es condición primigenia para el desarrollo de la vida en esta ciudad; sin seguridad ciudadana, no podemos aspirar al desarrollo de los capitalinos y de las personas que aquí convergemos todos los días, concluyó el legislador.