Bagdad es una de las ciudades del mundo más invivibles; es el desorden mismo. Y siempre vive al filo del terrorismo y de la guerra, como que es la capital de Irak, uno de los objetivos fundamentales de los que se roban el petróleo en todo el mundo: los Estados Unidos. Pero. ¿Conoce usted ciudad de México?
CDMX, como le nombran ahora, no está en guerra, no es víctima de bombardeos ni actos de terrorismo (aunque ya le falta poco) y no exagero. En cuanto a organización, tránsito, trazo de vías, transporte, entre otros, es peor que Bagdad. La supera con creces.
En México no pasan los cazabombarderos a cada rato ni suenan las sirenas bélicas, pero las calles, todas las calles han sido bombardeadas por la indiferencia de los delegados. Ricardo Monreal, de Morena, por ejemplo, resultó un fraude. Las calles del centro todas están agujereadas y los que tienen problemas de columna no se imagina cómo sufren con las brincaderas.
A Monreal le importa un pito que las calles de la delegación estén así. Y que de las coladeras el drenaje espire gases con olor a mierda. El centro de la ciudad. La delegación Cuauhtémoc huele a estercoleros humanos y de toda clase de alimañas.
Y junto al edificio de la delegación y a la sede del PRI pululan el puterío. La trata de personas en su modalidad de prostitución. Mujeres, ofreciendo sexo a 80 pesos o a 300; travestis ofreciendo diversas clases de “servicios” sexuales por otras cantidades. Y son los más protagónicos en la moda. Parecen verdaderas muñecas. Y al delegado de Andrés Manuel López Obrador, el ínclito y perínclito, le vale madre.
Los policías de tránsito hacen lo que quieren con los semáforos. Le dan la preferencia a los seres motorizados por sobre los seres humanos, a quienes tratan como si fueran sus criados, de manera muy majadera. El otro día iba en el carril del trolebús una patrulla de la PGJ. Y yo les pedí que se cambiaran porque ese carril era del trolebús, El policía me contestó violentamente: ¡Cállate el hocico!
En el cruce de Eje Central y Fran Servando permanentemente hay un nudo insalvable, que enfada tanto a automovilistas como a la gente de a pie. Los agentes de tránsito se hacen bolas y le dan preferencia a los que van por Fray Servando por los que van por San Juan de Letrán. Y viceversa. Son horas y horas y millones o miles de millones de pesos los que se pierden en ese crucero. Y el señor Monreal ni suda ni se acongoja. Yo no voy a votar por él ni por ninguno de Morena para gobernador de la Ciudad de México. Es un mentiroso, un demagogo como los del PRI o los del PAN. Y él viene del PRI, como la mayoría de los cuadros de mando de Morena. Así que son tan mañosos como los tricolores navegando con la bandera de la justicia. Qué pena, por Dios.
Vamos al mero centro, donde están los mercados. Merced sobre todo, Sonora. Son un verdadero caos. Los puestos de baratijas que invaden no sólo las aceras sino abajo, en la calle, hacen el caos. De qué sirve que el Metrobús sea un transporte moderno si ahí se quiebra, y los policías de tránsito brillan por su ausencia.
Y la prostitución en esos lugares está integrada por puras niñas. Sí. Niñas de cuando mucho 23 añitos de dad. Muy lindas, muy bien vestidas, parecen habitantes de Las Lomas de Chapultepec, pero se dedican a vender su cuerpo frente a la policía, o casi estoy seguro que la policía las protege y cobra parte de lo que les retiene el padrote que me sospecho es miembro de la delincuencia organizada y del narcotráfico, Y Monreal Ávila, en su oficina, Qué pena, Andrés Manuel. Tu Morena no se diferencia en nada del PRD, ni del PRI, ni del PAN, ni de los sinvergüenzas de los verdes.
¿Por ti voy a votar para la presidencia en el 2018? Ni de loco que estuviera. Por Monreal para la gubernatura, menos. Todos son coyotes de la misma. Y no se dejen engañar, amigos. Todos son igualitos. Lo único que los mueve es el dinero fácil, el negocio aunque sea sucio, el enriquecimiento rápido. Y son iguales los del PRI y los del PAN. Si voto, votaré por un ciudadano independiente ejemplar, que dé muestras de que ama a los ciudadanos, principalmente a los millones que subsisten en los cinturones de miseria.