Durante el “Encuentro por la salud, productividad y competitividad”, los integrantes de la comisión se reunieron con empresarios de las industrias automotriz y farmacéutica, quienes presentaron sus estudios sobre los costos económicos que tiene el ausentismo laboral.
El legislador afirmó que las enfermedades con mayores repercusiones sobre la productividad laboral son: depresión, migraña, enfermedades respiratorias, hipertensión y diabetes.
Iñiguez Mejía planteó la necesidad de analizar este tema de forma multidisciplinaria; de lo contrario, advirtió, las repercusiones económicas a causa del ausentismo laboral por enfermedad representará un obstáculo para el desarrollo de la economía nacional.
Durante la presentación del estudio “El impacto de la salud en la productividad: Caso de la industria automotriz mexicana”, realizado por las asociaciones mexicanas de las industrias Automotriz (AMIA) y de Investigación Farmacéutica (AMIIF), se dijo que el análisis se enfocó en el estado de Guanajuato, donde este sector es un pilar de la economía laboral.
La investigación reveló que cuando la persona va enferma a trabajar no es productiva y genera mayores pérdidas que cuando se queda en casa; ocasiona 4.5 veces más mermas de productividad que el ausentismo.
El documento detalla que los padecimientos que causan más del 50 por ciento de los problemas de ausentismo son las migrañas y las enfermedades respiratorias, mientras que el mayor costo directo en productividad proviene de la hipertensión con el 95 por ciento, y la diabetes con 93 por ciento. A este ritmo, se estima que para el 2026, las pérdidas podrían alcanzar 8.22 por ciento del valor agregado, estima.
En tanto, el diagnóstico sobre “Costos económicos del ausentismo, presentismo y retiro temprano debido a enfermedades: el caso mexicano”, elaborado por la Iniciativa Global en Salud y Economía de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos, reveló que en el año 2030, una quinta parte de la fuerza laboral en México estará integrada por adultos entre 50 y 64 años, quienes requerirán servicios de salud para atenderse de enfermedades crónicas no transmisibles.
La consecuencia de la mala salud de esta población, según el estudio, será una pérdida para la productividad equivalente al 6.3 por ciento del Producto Interno Bruto.
Los empresarios de las industrias automotriz y farmacéutica coincidieron en que es necesario priorizar la prevención, el diagnóstico y tratamiento oportuno, así como el control terapéutico de los trabajadores.
Propusieron a los legisladores blindar presupuestos en materia de educación y salud, así como asegurar en el mediano y largo plazo que los recursos sean progresivos y enfocados para alcanzar mejores prácticas que permitan hacer frente a los retos demográficos y epidemiológicos del país.