Algo tuvo que ver El Innombrable en la decisión presidencial de cesar por incapaz de manejar la política económica, o hacer renunciar a Luis Videgaray Caso, el delfín peñanietista, para que se presente como candidato ganador de la sillita del gobierno del estado de México.
Pero la renuncia o cese tuvo que beneficiar a alguien.
Primero, a José Antonio Meade Kuribreña, quien con el infausto se posicionó en el primer lugar del gabinete.
Es ahora Meade Kuribreña el responsable de resarcir los daños que causaron los del equipo de Videgaray a la economía nacional y sobre todo a los millones de trabajadores que perdieron una enorme capacidad de compra.
A José Antonio le toca ahora la innoble y vergonzosa tarea de pagar los platos rotos que rompieron Aportela y Mesmacher, jóvenes economistas que sólo se dedicaron a aplicar el recetario del Fondo Monetario Internacional y los principios del neoliberalismo económico, y Aristóteles, que fue el operador sucio en el SAT, que renunció odiado por tirios y troyanos.
El nuevo delfín tiene que demostrar que sabe ciencia económica y que puede crear una economía que cree empleo y bien pagado. Y que abata el peso de la deuda pública, tanto la interna como la externa. Que devuelva la confianza y que trate cariño y piedad a los contribuyentes y, sobre todo, que no sea mentiroso como Videgaray. Pruebas las han de las mentiras, como los anuncios de que este año ya no habría aumentos al precio de los combustibles petrolíficos.
Pero a lo que iba es que, además de José Antonio, el mayor beneficiado de este desaguisado al estilo Peña Nieto-Carlos Salinas, es el jefe de la tribu hidalguense, jefe de los pachucratas, Miguel Ángel Osorio Chong, quien se había venido a menos por diversos problemas insolutos como el conflicto magisterial en Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Michoacán y otros estados, que aún no se resolvió adecuadamente porque Peña Nieto insiste, a través de Nuño, en que la reforma educativa es irreversible, sin decir que puede ser reformada iniciando una reforma ante el poder legislativo.
Pero el hándicap en contra de Osorio Chong sigue siendo el asunto de la inseguridad pública, del actuar de los ejércitos de la delincuencia organizada, de malos elementos de las fuerzas de seguridad del estado involucrados con los poderosos capos del narcotráfico, de las desapariciones forzadas como la de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, entre Iguala y Cocula, que no está resuelto, de los fusilamientos o ejecuciones extrajudiciales como Tlatlaya y Tanhuato, entre otros. La CNDH determinó que en Tanhuato los soldados asesinaron a civiles.
Sin embargo, ya sin la sombra de Miranda, Osorio Chong tendrá todo el poder del presidente para actuar y tendrá que actuar ya, sobre todo en lo que le duele a la gente que ha perdido un padre, una madre, un hijo, un hermano por secuestro, por asesinato, por desaparición forzada, por detención arbitraria de la policía, el ejército o la marina. El es ahora el hombre fuerte del gabinete y el candidato prácticamente único, hasta el momento, para suceder a Peña Nieto, si es que gana el PRI, que está desmantelado, destruido, sin fuerzas vivas, lleno de demagogia y populismo de derecha y la gente del pueblo no está irritada; está súper encabronada con Peña Nieto, por las tonterías, como la casa blanca, el plagio pero más por haber invitado al Pato Donald a Los Pinos como impulsando su campaña para la presidencia de los Estados Unidos (Imagine un presidente como Trump. Que la vida o la muerte nos agarre confesados)
Sea lo que fuere, sígale la pista a Osorio Chong, quien tiene que probarle a la gente su voluntad política para ejercer las políticas públicas con la cordura que le falta a Peña Nieto. (Léase CSG)
México o mejor dicho los habitantes de este gran país están sufriendo lo indecible. Me refiero a las grandes masas de personas que no tienen trabajo, o que tienen trabajo sin que les paguen (conozco por lo menos a un periodista, que nadie le paga y que muchos portaleros le roban su trabajo; se lo piratean sin pagarle un céntimo).
Ya no es posible más infortunios, más sufrimiento, más dolor colectivo La gente está cansada, muy cansada, y no dude de que los grupos más conscientes se están organizando y no para hacer manifestaciones en Bucareli o en Los Pinos, sino para rifarse la vida en las montañas o en la lucha armada urbana, como en los años 70. Y no queremos eso. La violencia sólo engendra violencia. Lo experimentamos en aquellos años de dolor, que no deben repetirse por ningún motivo. Lamentablemente la situación que estamos viviendo indica que estamos en un momento prerevolucionario, si los que gobiernan no cambian el modelo, que no necesariamente tiene que ser al estilo sudamericano, sino retomar el nacionalismo revolucionario mexicano, que fue enterrado desde que Salinas se agandalló de una silla presidencial que en honor a la verdad era para Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.
Así que, Miguel Ángel, muy abusado, muy alerta, muy consciente, muy cuerdo, limando las asperezas del grupo gobernante y de la relación del poder con los medios y con la sociedad. Todo en el sentido de las manecillas del reloj porque lo que los mexicanos requieren es un empleado, el primer empleado de la nación, que les dé la oportunidad de poder comer, curarse, estudiar, amar en una palabra.