Pero en México, el señor presidente y su corte nunca lo han aceptado. Siguen en la juerga y gastándose lo que es del Erario, lo que es de los contribuyentes.
No quieren darse cuenta – y no se dan cuenta de que no se dan cuenta – de que la situación del país, en vez de “moverse” para adelante, como se prometió en campaña, se mueve hacia el fondo del abismo, y al despeñadero nos arrastrará a todos, hasta los ricachones.
La economía nacional es una fábrica de mal pagados, desempleados, pobres, hambrientos, que no entiendo porque no han cogido teas ardiendo para incendiar el palacio nacional. ¿Será que ellos también son del equipo de los que no se dan cuenta de que no se dan cuenta, y están felices con sus carencias ancestrales, con la muerte de sus pequeños por enfermedades curables, por el hambre diaria que los lleva a hurgar en los basureros o, a los que bien les va, comer una vez al día en los comedores que mantienen en la ciudad de México las autoridades locales? Quisiera que alguien me informara qué gobierno estatal les da de comer gratis, o por un módico precio, a quienes tienen hambre,
Y de ribete, los gobernantes en la juerga, comiendo opíparamente, bebiendo vinos franceses, italianos, argentinos, chilenos, viajando de la oficina a casa en helicóptero, cuando uno tiene que viajar en un microbús todo destartalado, bajarse en Balderas y esperar el Metrobús que tarda años en pasar, o meterse al subterráneo donde es imposible caminar porque hay otros millones como uno que también necesitan viajar (de ribete aguantar los acosos sexuales de hombres y mujeres); treparse – sí, treparse como chango – al trolebús, para llegar al trabajo, y el que medio puede pagar, esperar media hora un taxi.
Y mientras unos cuantos gozan de la vida, los millones de seres vivos (¿racionales?) que pueblan el país, al borde de la idiotez o la estulticia porque así lo quiere Nuño, o sufriendo el Alzheimer político, porque nadie tiene una explicación de que lo malo que le pasa es porque a muy pocos les va muyyyyyyyyyyyyyyyyyy bien. Un reducido grupo de sinvergüenzas, agandallándose la riqueza nacional. Y millones, en la pobreza. Y no porque lleven un celular no son pobres. Llevan al celular que les costó una mierda para evadirse de esta cabrona realidad.
Y el gobierno, concretamente el señor presidente, haciendo tonterías. La más reciente fue “posicionar” al racista, enemigo número uno de los mexicanos e hispanos, que tiene nombre de pato y que muy posiblemente será el sucesor de Obama en la presidencia de EU, porque por todos los rumbos del planeta por los que usted viaje se está imponiendo la voluntad de los capitalistas sanguinarios, al estilo de Ronald Reagan, Margareth Tatcher, Augusto Pinochet, Mariano Rajoy, Felipe Calderón, Carlos Salinas, los golpistas colombianos, los herederos de los gorilas brasileños.
Mientras tanto, como lo reconocen –nadie de ellos se dio cuenta de que incluyeron tales cifras en el Cuarto Informe-, la cifra de los que sólo ganan un salario mínimo (un salario mínimo de 73 pesos diarios) va incrementándose. De seis millones 756 mil personas subieron a ocho millones 17 mil. Qué pueden hacer estos miserables con 70 pesos diarios. Válgame Juan Calvino, inspirador del capitalismo. Si volviera a nacer aquel cura, volvería a morir porque eso no fue lo que propuso.
Aun más. No lo puedo creer: tres millones 416 mil empleados sólo reciben propinas o “comisiones”. No les pagan un salario estos capitalistas salvajes. Y el gobierno priísta, o quien esté en La Silla lo permite o se hace de la vista gorda.
Ah, qué barbaridad. Crece sí la población empleada (y de ello presume Peña Nieto), pero con ingresos magros. Dígame: un empleado de Oxxo, por mencionar sólo uno de estos pulpos explotadores de la fuerza de trabajo, ¿puede con 3 mil pesos mensuales? ¿Usted, señor Peña Nieto, estaría muy feliz si se pusiera en los zapatos de estos trabajadores y ganara 3 mil pesos mensuales? ¿O si se pusiera en los zapatos de un periodista al que no le pagan su trabajo? ¿Es más, se lo roban?
Y usted, feliz de la vida. Codeándose con los “grandes” líderes del mundo, que tratan de salvar no se qué, porque le aseguro que no les importa en lo más mínimo que la economía mundial esté de nuevo en punto crítico, como lo dijo Xi Jinping.
Ay, México. ¡Quién podrá salvarte! Y no me digas, Andrés Manuel, que tú. Al final del cuento estás en el mismo costal… Eres político. Y no hay de políticos a políticos… Todos son coyotes de la misma loma.