Cae Trump en encuestas, sin cantar victoria Clinton, dice académica de UNAM

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Aunque mucha gente en EU sabe de la importancia de defender su democracia e impedir que llegue a la Casa Blanca alguien como Trump, quien representa una amenaza a la democracia misma (de ser presidente ignoraría los pesos y contrapesos tradicionales en aquella nación, como el Congreso y la Suprema Corte, por hacer lo que él quiera sin medir las consecuencias), “todavía podrían ocurrir algunos sucesos que cambien las tendencias actuales del electorado”, dijo.

La editora en jefe de Norteamérica, Revista Académica, precisó que, por ejemplo, un ataque terrorista haría que los estadounidenses vean a Trump como el hombre de mano dura capaz de defender mejor sus intereses, de terminar con esa amenaza y con el Estado Islámico, como ha prometido.

Márquez Padilla calificó de preocupante que en el mapa electoral de EU los llamados swing states –aquellos estados que no votan tradicionalmente por un partido en específico– tengan encuestas que señalan un empate entre los candidatos. Tal es el caso de Colorado, Florida, Míchigan, Iowa, Nevada, Ohio, Virginia o Wisconsin, que se pueden inclinar por cualquiera de los lados, y en algunos de los cuales Trump lleva ventaja.

Recordó que los dos aspirantes a la presidencia de la Unión Americana son los menos gustados; ni a republicanos ni a demócratas les agradan sus respectivos candidatos. Unos van a votar por Hillary para que no llegue Trump, y viceversa, y eso le da una característica peculiar a estas elecciones.

Además, dentro del Partido Republicano se registra una gran crisis, una división de la élite política que no está dispuesta a apoyar al magnate por ser una persona poco estable, quien ha basado su narrativa en el odio y la discriminación y que, incluso, ya ha afectado las relaciones de EU con otros países.

“Asesores de seguridad nacional lo han calificado como una amenaza o peligro para la seguridad nacional; lo es, porque no es estable”, dijo la académica.

Y aunque ha suavizado su discurso en torno a temas como la migración –ha dicho que ya no va a regresar a once millones de indocumentados a sus países de origen, sino que los va a dejar quedarse si demuestran que trabajan y pagan impuestos, pero sin otorgarles la ciudadanía–, o que ha volteado a ver a los afroamericanos, ya no le va a dar tiempo de recuperar los votos de las minorías, que hace ocho años le dieron el triunfo a Obama.

En esta elección se podría dar una gran votación, aunque es difícil porque ninguno de los dos candidatos es carismático, opinó Paz Consuelo Márquez. De registrarse, la balanza podría inclinarse para cualquier lado. Por ello, lo que queda es que los demócratas y los ciudadanos que creen en la democracia salgan a emitir su sufragio.