Durante el foro “El futuro del Mezcal”, la legisladora afirmó que la intención de las autoridades de modificar la Norma Oficial Mexicana, NOM-199, es limitar el uso de palabra mezcal y obligar a productores denominarle aguardiente de agave, lo que afectaría seriamente su comercialización.
Mencionó que un tema pendiente es la declaración de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) para considerar a esta bebida como patrimonio inmaterial.
En México 20 entidades producen mezcal y sólo Durango, Estado de México, Guerrero, Guanajuato, Michoacán, Oaxaca, Puebla, San Luis Potosí y Zacatecas están reconocidos por la NOM-070, la cual categoriza al mezcal de acuerdo con sus procesos de elaboración ya sea industrial, artesanal y ancestral.
El mezcal plasma la cosmovisión en la que se funde el sincretismo entre lo prehispánico y español; el 13 por ciento de productores mantiene un sistema de destilado ancestral; sin embargo por este hecho la mayoría no cumple con la norma oficial NOM-070, lo que representa un grave problema al momento de la comercialización y deja sin reconocimiento sus necesidades y demandas de los mezcaleros.
Al inaugurar el foro, el diputado Clemente Castañeda Hoeflich (Movimiento Ciudadano) refirió que el tema del mezcal debe ser de interés nacional porque no solamente corresponde a los productores, sino que atañe a todo el territorio nacional, ya que da identidad y es parte de la tradición mexicana.
El sector mezcalero es el sustento de muchas familias, por lo que se deben abrir espacios para que todos los involucrados den su punto de vista y tengan resultados positivos para todos, apuntó.
La diputada local de Jalisco, Victoria Mercado Sánchez (Movimiento Ciudadano), dijo que la problemática de la producción de mezcal surge a partir de la publicación de la norma 070, que establece una serie de requisitos que los pequeños productores “no pueden cumplir.
Añadió que las normas por supuesto son indispensables, pues generan certidumbre en la calidad de un producto, lo que beneficia a los consumidores.
La diputada local de Oaxaca, Karina Barón Ortiz (PRD), indicó que el mezcal es una bebida que “no busca generar riqueza, es una costumbre arraigada, que no puede ser borrada de un plumazo como lo pretenden hacer”.
Ulises Torrentera, productor de mezcal oaxaqueño, dijo que la denominación de origen no implica que se consuma un producto de calidad sino, al contrario, se ha pervertido al paso de tiempo por los productores de tequila.
Refirió que la producción del mezcal en la norma oficial crea intereses particulares de empresas o personas que están interesadas en seguir los mismos pasos de la industria tequilera.
Recordó que lo que pasó con el tequila es que se arrasó con gran diversidad que había de agave y se impulsó al agave azul, el cual es el más productivo, tarda menos tiempo en madurar y lo mismo pretenden hacer con el mezcal.
Wesceslao Cervantes, investigador de UAM-Xochimilco, sostuvo que la Norma Oficial Mexicana “NOM-199” representa una exclusión, tanto a los que están fuera de las denominaciones como a los que están en el interior y no cuentan con la certificación, pues les obliga a llamarle de otra manera a sus mezcales, como destilado de agave o aguardiente de agave.
Manifestó que es necesario sacar a las denominaciones de origen del Instituto Mexicano de Propiedad Industrial, y crear un Instituto Nacional de Indicaciones Geográficas, en donde se revisen todas las denominaciones.
Señaló que actualmente la producción industrial del mezcal utiliza cinco especies, pero hay alrededor de 40 especies que quedan desprotegidas, por lo que se corre el riesgo de que se pierda patrimonio en diversidad.
“¿Por qué no ampliar a todos los productores de mezcal la denominación de origen y que cada uno le ponga su apellido para engrandecer el nombre de su región y que se creen Consejos Reguladores locales que digan cómo van a ser sus mezcales?”, planteó.
Hipócrates Nolasco Cansino, presidente del Consejo Regulador del Mezcal, expuso que en la Norma 199 se definen las bebidas alcohólicas de México y se requiere regular las que entran por importación, ya que se tiene un problema: el 43 por ciento del mercado es apócrifo, lo cual representa un inconveniente no sólo para el gobierno, sino para los consumidores, porque no se sabe lo que está bebiendo.
Agregó que muchos fabricantes de mezcal se han confundido, ya que piensan que se pretende “dar coletazos a los pequeños productores”; al contrario, lo que se desea es darles un nombre formal.
El mezcal se produce en 963 comunidades, la mitad de los cuales está dentro de la denominación de origen, “y este mismo porcentaje se encuentran dentro de la Cruzada Nacional Contra el Hambre”.
Resaltó que la producción de esta bebida ha regresado a migrantes y creado empleos en sus comunidades; por ello, dijo, es necesario proteger a este sector.
Abel Alcántara Hidalgo, representante de la asociación civil Maestros del Mezcal, pidió generar leyes y políticas públicas más adecuadas a la realidad, para que se desarrolle este proyecto de acuerdo con sus condiciones y tradiciones.
Indicó que el mezcal “no es de nadie en particular, por lo que no se debe dejar que florezcan grupos cerrados o mafias que eviten que exista una libre venta y participación de los productores”.
Juan Jesús Lozoya, representante de Mezcales de Leyenda, expuso que los impuestos para este sector son de 53 por ciento, más 16 por ciento del IVA, lo cual representa una fuerte carga tributaria que daña el ingreso de los pequeños productores.
Propuso a los legisladores destinar estos impuestos a la renovación de la industria, estudiar la posibilidad de implementar regímenes tributarios escalonados, es decir, de acuerdo con su producción.
Laura Noguera, representante de la asociación civil Impulso Sostenible Agavería, resaltó que el tequila permitió abrir la puerta a México en el resto del mundo, pero el mezcal ha logrado alcanzar escalones más altos; por ello, sostuvo, es necesario que existan certificaciones de este producto, a fin de que ingresen al mercado internacional.
Víctor López Flores, secretario técnico del Sistema Producto Maguey Mezcal, dijo que la norma 199 y los altos impuestos han ocasionado que los productores elaboren otras bebidas que les den un mayor margen de ganancia “porque tenemos que comer”.
En representación de los productores de Michoacán, Luz María Saavedra señaló que sus colegas están de acuerdo en que se regulen las cosas, pero que no se atente con la tradición y la identidad; por ello, pidió a sus compañeros trabajar a favor del desarrollo del mezcal.
Por su parte, el representante de los mezcaleros de San Luis Potosí, Víctor Lomelí, exhortó al gobierno a apostar a este producto y las bebidas regionales, otorgar recursos a los pequeños productores y agilizar la certificación de los mezcales.
Indicó que “da miedo vender mezcal en México”, ya que entre las tasas de impuestos tan agresivas y el costo de operación de comercialización y financiamiento, ser productor es todo un reto.
Erick Rodríguez, de Alma Mezcalera de Puebla, refirió que las nuevas generaciones ya no quieren dedicarse a la producción del mezcal porque está mal pagada.