Ninguno de los casi 400 asistentes puede decir que fue sorprendido con la presencia del orador. Es más, todos estaban entre expectantes y ansiosos por tenerlo enfrente, ahí mismo, en el pódium.
Y es que Carlos Salinas de Gortari sigue siendo para no pocos mexicanos entre un mito y una atracción perniciosa.
Estigmatizado, condenado a ser el villano nacional, el expresidente aparece poco y prácticamente lo hace en auditorios cerrados y con grupos muy precisos, esos que le garanticen prácticamente cero sorpresas y ningún contratiempo.
Por eso su aparición hace un par de días en el foro ERA Familiar Princess en Acapulco, ante más de 400 personas fue algo singular.
Y que lo hiciera para participar en un ciclo de conferencias en donde también participarán personajes tan controvertidos y contrapuestos como Vicente Fox, el secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, o Felipe Calderón y su esposa Margarita Zavala, fue todavía más interesante.
De la mala imagen que lo acompaña, hablan los tenues y escasos aplausos recibidos durante su presentación. De su carisma e inteligencia, enorme preparación académica e intelectual, rapidez de pensamiento y capacidad de respuesta da muestra la ovación con que fue despedido, pero sobre todo el derrumbe de esa barrera de personaje innoble para pedirle sacarse selfies con él. Fueron decenas de quienes se le acercaron para hacerlo. El, sonriente, complacido, accedió a todos.
No era la primera vez que le ocurría. Ya en días anteriores, en un recorrido por la ciudad de Zacatecas y en el Cerro de la Bufa, muchos otros mexicanos, especialmente jóvenes, le pidieron lo mismo.
Así, bien dice el periodista Enrique Quintana, amado por unos y odiado por otros Carlos Salinas no podrá pasar nunca inadvertido.
Así llegó y salió del evento de Acapulco donde se autocalificó como un “pensionado y desempleado”, en fin, un expresidente que no interviene en un presente de su país simplemente porque ya no le corresponde hacerlo.
Ubicado más allá de cualquier concepción política, Salinas mostró conocer los ejes económicos, políticos y culturales en que se mueve el mundo y la política mexicana.
De acuerdo a la crónica, el expresidente -quien luce fuerte, delgado, ágil pero sereno, llegó con una impecable guayabera azul cielo, pantalón gris y zapatos negros-, inició con 5 preguntas una conferencia que se extendió durante más de 2 horas en las cuales hizo unas 30 referencias bibliográficas citando lo mismo a Marx, Hegel que a Maquiavelo o a Homero y Lucrecio.
Arrancó a partir de sus propias experiencias de gobierno para concluir que la mayor presión y desgaste para un político y un gobernante no está tanto en la inmediatez de los acontecimientos como en la necesidad de tomar decisiones.
Así habló de los eventos inesperados, los que sorprenden y cambian los escenarios nacionales, no los que provocan incertidumbre. Esos que él calificó de “el momento de Ulises… del golpe inesperado“.
Recordó que para él uno de esos momentos llegó en enero de 1990 durante una estancia en Davos, Suiza, para participar en el Foro Económico al que acuden anualmente los más importantes líderes empresariales y de gobierno del mundo.
Llegó ahí acompañado por su equipo económico pensando que sería uno de los atractivos del Foro debido a que acababa de concluir la renegociación de la deuda externa.
Salinas esperaba tener todos los reflectores encima, pero su sorpresa fue que fue ignorado.
Los líderes estaban inmersos en las consecuencias de la caída del Muro de Berlín, ocurrido apenas semanas antes.
De repente todo le cambió. Y ahí decidió lo que se conoce como un golpe de timón al echar a andar las privatizaciones… y el inicio de las negociaciones del del Tratado de Libre Comercio.
Todo porque el entorno cambió sus previsiones.
¿Pasa algo similar hoy en México? ¿Hay que dar un golpe de timón?
Salinas se escurre. Deja ahí su propia experiencia puesta sobre la mesa. Porque, dice, él sólo es hoy un político en el desempleo, aunque bien pensionado.
Pese a sus excusas, a no dejarse atrapar en el esquema nacional conducido hoy por el presidente Enrique Peña Nieto, Salinas profundiza en los beneficios del golpe de timón.
Y recuerda que el momento mexicano no puede desvincularse de imprevistos como el Brexit o la cada vez más atemorizante candidatura de Donald Trump que camina hacia la presidencia de Estados Unidos.
Todo ello se suma, dijo, al proceso de desindustrialización internacional, que se repercute directamente en la estructura del empleo.
El cuadro, agrega, se cierra con el fortalecimiento de políticos que “tienen el tino de hablar el lenguaje del dolor y enojo de las comunidades”, y que cosechan ganancias electorales a partir de las duras circunstancias nacionales e internacionales actuales.
La referencia era clara no sólo hacia Trump, sino a Andrés Manuel López Obrador, al que irónicamente entre risas y aplausos de los asistentes señaló como el “otro innombrable”.
Consideró que la obviedad de los acontecimientos nacionales e internacionales indican que México debe dejar a un lado el populismo.
Y debe alejarse del populismo como también debe alejarse del neoliberalismo al que definió como un abuso del mercado, individualismo egoísta y posesivo.
Lo mejor que le puede ocurrir a México y a los mexicanos, dijo, es estar unidos en los tiempos que vienen.
Luego de eso un importante número de asistentes lo esperó al pie del estrado para comentar alguno de los aspectos de la conferencia o de plano para saludarlo y tomarse fotos con sus celulares.
Un escenario absolutamente distinto al de hace no tan lejos.
ENCUENTROS PRIVADOS
Sin mayores prisas políticas, ni apremios mediáticos, Enrique Ochoa Reza el nuevo presidente del CEN del PRI cumple con una agenda de encuentros privados que ya lo sentaron a tomarse un café y charlar durante un par de horas con el antecesor, el sonorense Manlio Fabio Beltrones y a tener un encuentro con los dirigentes de los sectores Obrero, Campesino y Popular.
En la sede nacional ha tenido ya reuniones a puerta cerrada con los dirigentes del PRI en los 32 estados y ayer hizo lo mismo con los delegados en todo el territorio nacional.
¿Temas? Prácticamente los mismos abordados en su discurso de llegada al cargo, con especial énfasis a la necesidad de ir a un cambio profundo de su partido… y para conocerlos y que lo conozcan.
Hoy Ochoa Reza realizará a Aguascalientes la primera de las visitas prometidas a las 32 entidades del país, las que deberán ser cumplidas antes de que pasen los primeros 100 días de su dirigencia.
Falta que en la siguiente semana convoque a los gobernadores de extracción priista. Hay un abierto morbo por saber si asistirán César Duarte, de Chihuahua; Javier Duarte, de Veracruz y Roberto Borge, de Quintana Roo.
Estos 3 tiene un proceso de expulsión del PRI.
Pero eso será la próxima semana.