Dicha información debe contemplar lo recaudado en los ejercicios fiscales de 2014, 2015 y 2016; y particularmente, detalles del presupuesto ejercido en bebederos en escuelas públicas, red de agua potable en zonas rurales, programas de prevención en obesidad y diabetes, y rescate y acceso al agua en espacios públicos.
El senador Zoé Robledo refirió que legisladores, organizaciones no gubernamentales y la industria de refrescos plantean que el problema es que no existe claridad de qué pasa con los ingresos recaudados por el impuesto a bebidas azucaradas.
Señaló que un impuesto que no se refleja en políticas públicas que compensen de manera positiva el cambio en el precio de bienes y servicios es un gravamen que pierde todo sentido social, y puede convertirse en una miscelánea para cerrar boquetes presupuestarios en otras áreas.
El legislador del Grupo Parlamentario del PRD señaló que ingerir un refresco al día, aumenta la probabilidad de padecer diabetes en 27 por ciento en adultos, y 55 por ciento en niños. Además, dijo que hay 12 mil 100 muertes prematuras cada año por este hábito; 14 por ciento de la población en México padece diabetes, y México es el país número uno con muertes relacionadas al consumo de refrescos.
En México, el consumo promedio per cápita de refrescos por día es de 500 mililitros, lo cual se traduce en una recaudación diaria aproximada de 60 millones de pesos, si se toma en cuenta que cada litro está tasado con un peso de IEPS, abundó.
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) atiende anualmente a 2.5 millones de pacientes con diabetes, lo que representa un gasto de 38 mil 604 millones de pesos, comentó.
Advirtió que la recaudación de este impuesto especial a refrescos ha obtenido buenas cifras: en 2014, fueron 18 mil millones de pesos; en 2015, 15 mil millones de pesos; y en 2016 se proyecta que se recaudarán 17 mil millones de pesos.
También dijo que se debe investigar si con el implemento de este impuesto disminuyó el consumo; señaló que de manera extraoficial, diversas organizaciones establecen que el consumo de refresco bajó entre 5 y 7 por ciento.
“La parte complicada ya la hicimos, ya tenemos el impuesto; ahora, debemos saber qué se está haciendo con el dinero; recaudamos, estamos recaudando bien, es hora de preguntarnos, ya casi a tres años, qué ha pasado con ese dinero”, dijo ante el Pleno de la Comisión Permanente.
El punto de acuerdo señala que cuenta con el respaldo de diversas organizaciones de la sociedad civil que trabajan en acciones de prevención de la obesidad, como: la Alianza por la Salud Alimentaria; la Coalición ContraPESO; Acción Educativa en Diabetes, Obesidad y Sobrepeso; Asociación Mexicana de Diabetes; Asociación Mexicana de Lucha contra el Cáncer; Anima Naturalis; Asociación Renal Venados; Comité de Derechos Humanos de Ajusco; El Poder del Consumidor; Fundación Interamericana del Corazón México; Fundación Mídete; Mamas Sanas; Pides; Red contra el Cáncer; y The Hunger Project México.