El sistema político mexicano – la mafia en el poder, como dice el tabasqueño, quien es también prominente miembro de ella – puede está ya en un parteaguas, en un momento en el cual se pasa de una era a otra y la crisis es honda, profunda, aumento del desempleo, de la pobreza, de la miseria, de la indigencia, del hambre, fantasmas que destruirán el sistema que ha depauperado todo y cuyos miembros se han enriquecido como jeques.
Este país llamado México se va a contagiar de odio, rencor y violencia en contra del gobierno y concretamente en contra del presidente de la república, que dijo que él no tenía amigos, y repartió todo el gobierno entre sus amigos, que no ha sabido gobernar, que no entiende qué es la verdadera democracia, que no entiende que los trabajadores, los desempleados, los pobres, los pobres de los pobres, e inclusive los pequeños empresarios, tienen necesidad de saciar el hambre cotidianamente y no tienen con que comprar los alimentos; que no entiende que la reforma educativa no sirve para México porque hay muchos méxicos en estos 2 millones de kilómetros cuadrados, y las personas que viven en estos Méxicos representan un mosaico pluricultural y pluriétnico y no se puede medir a todos con la misma medida. Lo que es bueno para los ricos puede ser malo para los indios de Nochixtlán. Así es, avejentado joven encargado de la “educación” pública.
Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Tabasco, Michoacán, estados en los que la disidencia es brava, sobre todo la magisterial, y los barones del narcotráfico controlan las economías locales, contagiarán de sus resentimientos en contra del gobierno al resto de la federación. Ya empiezan por ahí en Chihuahua, pero el malestar social está en todo el país y en todos los sectores.
Y también los dueños del dinero, los empresarios de las cúpulas, que fueron a Los Pinos a casi ordenar que se vetara la reforma anticorrupción porque mete a todos en el mismo costal y eso no es justo. La creación del sistema nacional anticorrupción es precisamente para la clase política y muy especialmente obligaría a los políticos en funciones de gobernantes, que asaltan la tesorería y se llevan buenos costales de dinero del Erario, con la más increíble impunidad. Y la mayoría de los gobernantes, con honrosas excepciones, cuando terminan sus periodos pasan a formar parte del clan de lo que en México llamamos “nuevos ricos”.
Este miércoles, el presidente tuvo que dar marcha en la cuestión de la anticorrupción, no promulgando las reformas, porque los empresarios del Consejo Coordinador Empresarial, de la Confederación Patronal de la Republica Mexicana y otros sindicatos empresariales se “lo pidieron” en una reunión celebrada en la casa presidencial. Ya hace algunos días organizaron una manifestación en el monumento a la Independencia de México, el Ángel, para manifestarse en contra de la política y del rumbo que sique el gobierno para con los empresarios.
El sur está ardiendo. Frase que he oído y leído en todas partes. Sólo falta que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y el Ejército Popular Revolucionario comiencen a actuar militarmente y le declaren la guerra al ejército nacional, como ocurrió en la madrugada del primero de enero de 1994 precisamente el día en que comenzaron nuestros más dolorosos infortunios con la entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica.
Así, amigos, quienes son los responsables deben poner sus barbas a remojar. Ojo, Aurelio; Ojo, Miguel Ángel; Ojo, presidente. Acuérdense lo que pasó en Guatemala…