La diputada de Morena detalló que la inversión para dicha obra inicialmente fue de 9 mil 595 millones de pesos y programada para concluirse en el 2012; sin embargo, posteriormente José Luis Luege Tamargo, director de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) durante la administración de Felipe Calderón, dijo que el túnel se prolongaría hasta el 2019, excediendo el presupuesto original a 19 mil 500 millones.
Subrayó que este excedente pudo haber sido más útil para continuar con el enbovedamiento del Río de los Remedios, cambio de redes primarias y secundarias de agua potable y para el abasto de agua de la ciudad.
Resaltó que los gobiernos federal y local, deben comprometerse para concluir este proyecto lo más pronto posible, debido a que el hundimiento de la ciudad de México sigue perdiendo inclinación y genera modificaciones al proyecto original del túnel, esto, complica su conclusión porque requiere de recursos adicionales.
Especificó que es inaceptable que no se haya precisado desde el principio las obras adicionales, cuyo monto ascenderá a más de 32 mil millones de pesos, cantidades que seguramente no se consideraron en el Proyecto Ejecutivo, lo cual revela una gran irresponsabilidad por parte de las autoridades federales.
En este sentido, es necesario que se realice una auditoría para conocer a detalle las inversiones parciales que se han efectuado a una obra que en lugar de beneficiar, perjudica a la ciudadanía.
Argumentó que desde la inauguración del Túnel Emisor Central en 1975, el sistema de drenaje del Valle de México ha perdido aproximadamente el 30 por ciento de su capacidad, a la vez la población se duplicó de 10 millones de habitantes a más de 20 millones actualmente.
Señaló que de acuerdo a especialistas, el agua de los acuíferos de la ciudad de México y sus alrededores se extrae de alrededor de 2500 pozos, cuya profundidad está entre 25 y 400 metros; en ciertos casos son pozos muy profundos porque el nivel en el que se encuentra el agua ha ido descendiendo por la sobreexplotación.
Dijo que cuando disminuye el nivel del agua en el subsuelo, éste se seca, ocupa menor volumen y se hunde. Y los hundimientos provocan daños en el drenaje, fracturas que permiten que las aguas negras se infiltren hasta los acuíferos y los contaminen.
En ese sentido, resaltó la urgencia de que ya se concluyan las obras del TEO, que por el momento, es un elefante blanco que a nadie sirve y se convierte en parte del problema en lugar de ser una solución.
