Qué pena que el presidente no se dé cuenta de que, con la aplicación de la política del garrote al lomo de los maestros, está alimentando el odio de los trabajadores al PRI y que, por tanto, las elecciones para el 2018 pueden ser el fin de la historia del Gran Dinosaurio.
Los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación tienen la razón, pero como no son a modo como el SNTE, el Gobierno les aplica la política del odio, como a Ayotzinapa y a todas las escuelas normales rurales que aún subsisten en el país.
La Derecha priísta de siempre. Ahora, particularmente los maestros de Chiapas se han rebelado en serio apoyados por todo el mundo, por los padres de familia de los niños que ellos instruyen, por los trabajadores de la salud, los artistas, los danzantes, los sacerdotes y sus seguidores que forman el llamado “Pueblo Creyente”.
Nuño no se mueve ni un centímetro del esquech. De madrear, apalear, encarcelar, castigar maestros que no aceptan una reforma educativa neoliberal, se trata. Y ni el presidente, ni su secretario de educación saben qué significa diálogo. Son dictadores que exigen “cumplir la ley” como si ellos fueran los primeros en cumplirla. Dice Mahatma Ghandi que si la ley es espuria no hay obligación de cumplirla. Y la ley de educación reformada en la 62 legislatura del Congreso lo es. Es para meter al orden al magisterio que si no se pliega es impunemente despedido de su fuente de trabajo. No es una ley de educación, sino una del trabajo.
No van a dialogar con los inconformes. Mejor dicho, van a dialogar con el garrote como lo han hecho, en estos días, en Chiapas y Oaxaca. Líderes de la sección 22 fueron detenidos con un gran aparato de violencia que no se veía desde el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz. No habrá pues diálogo porque aquí se hace lo que digo yo.
El viernes, luego de que un grupo de la CNTE fue rechazado por el presidente en la residencia oficial, ésta emitió un comunicado para informar que los maestros rebeldes no fueron recibidos y que el diálogo sólo se dará cuando regresen a los salones y acepten la reforma educativa.
Así, el diálogo gobierno-CNTE está cancelado. No hay diálogo porque lo digo yo. Imposible que los maestros cumplan las condiciones si precisamente la reforma educativa es el motivo de su inconformidad. No la quieren porque no sirve. De veras, no sirve para reformar el llamado sistema educativo. No plantea nuevas metodologías que ayuden al maestro a dialogar con los alumnos. La educación debe de ser un proceso de libertad. El maestro debe, tiene la obligación, de enseñarle al alumno a dudar. Inclusive a dudar de la información que le trasmite al alumno.
Ah, pero la educación que quiere ejercer el gobierno es para formar ciudadanos dóciles, a modo del sistema capitalista, para formar servidumbre que le sirva al sistema a crear riqueza para las clases dominantes. No me lo crean, pero ese es el objetivo de los genios del sistema político.
Así no puede haber diálogo. Y la Policía Federal, por órdenes precisas, seguirá violentando a los maestros y a quienes los apoyan. No hay de otra. Vivimos en un régimen político cavernícola. Una sociedad dividida en un puñado de dueños y millones de siervos. Y para que se dé este modelo, es necesario aplicar y que todos acepten la reforma educativa que ahora es responsabilidad de Nuño, un personaje que inspira miedo y odio a las multitudes. Imagínenlo de presidente.
Pobre México. Pobres de los mexicanos. A qué hora nos bajamos del mundo y comenzamos a padecer los peores sufrimientos. 150 mil asesinados hasta el momento. é hora nos bajamos del mundo y comenzamos a padecer los peores sufrimientos. 150 mil asesinados hasta el momento. El gobierno es más agradable a la delincuencia organizada que al magisterio democrático. Sólo que el narcotráfico significa mucho, pero mucho dinero. Y los maestros no tanto.
No se entusiasmen pues, que esta es la historia de México, la represión, la cárcel para quienes hacen peligrar la tranquilidad de conciencia, inconciencia, de los gobernantes.