El propósito de esta competencia internacional, organizada por la Sociedad de Ingenieros Automotrices (SAE, por sus siglas en inglés), es estimular a los jóvenes a ser innovadores y emprendedores, al promover la excelencia mediante el diseño y construcción del prototipo de un vehículo de carreras de altas prestaciones, para contender con las mejores universidades del mundo.
La SAE reúne a participantes de diversas casas de estudio en sus nueve sedes, ubicadas en ocho países: Alemania, Australia, Austria, Italia, Reino Unido, Brasil, Japón, y dos en Estados Unidos.
El encuentro automotriz consta de diversas etapas: presentación del proyecto, reporte financiero, plan de negocios, exposición del diseño, inspección técnica y pruebas dinámicas para medir el rendimiento del vehículo. El equipo que cumpla con el mayor puntaje será el ganador.
“Nos propusimos cuatro objetivos, sólo nos resta cumplir uno: ganar Lincoln 2016. Suena ambicioso, pero creo que estamos a la par de las mejores universidades, aunque nuestro presupuesto no se compara”, comentó Alejandro Alonso Bastos, representante de la escudería UNAM Motorsports.
La participación del grupo –constituido en esta ocasión por 33 estudiantes de las ingenierías Mecánica, Mecatrónica, Industrial, Eléctrica y Electrónica, Civil, en Computación, así como de Diseño industrial– en la competencia inició en 2010, “y desde entonces lo hacemos cada año con un auto nuevo”.
El talento puma se presenta por séptima ocasión, y de manera consecutiva, en esta justa internacional, ahora con el prototipo UM-467 (46 corresponde al número asignado dentro del concurso y el 7 por ser éste el séptimo auto que someten a la prueba).
El equipo ha alcanzado una gran estabilidad y sentado las bases para la construcción de un vehículo de altas prestaciones, lo que ha permitido plantearse nuevos retos para la temporada actual, cada vez más ambiciosos, pero siempre alcanzables.
En 2015, recordó el universitario, ganaron el tercer lugar por el auto más barato presentado en la competencia. Para 2017, el equipo se ha planteado la posibilidad de ir el viejo continente “para medirnos con equipos europeos”.
Una vez en la competencia, el prototipo será sometido a una serie de pruebas dinámicas en un circuito de carreras, entre ellas aceleración, recorridos en forma de ocho (para determinar el rendimiento en curvas) y resistencia, “la prueba de excelencia, donde el carro debe cumplir 22 kilómetros de recorrido sin que le pase nada. La escudería que sume más puntos en todas las etapas, será la campeona”, reiteró Alejandro Alonso.
En la ceremonia de presentación del automóvil UM-467, Luis Rodríguez, capitán de la escudería, indicó que el objetivo del grupo es presentar un auto con altas aceleraciones, sin perder la maniobrabilidad y el control, con estándares de calidad y seguridad, “pues será conducido por una persona”.
En esta ocasión, explicó, se logró reducir al máximo el peso del prototipo, cuya carrocería está elaborada en fibra de carbono, lo que lo hace más ligero. El tren de potencia alcanza 130 caballos de fuerza, que permiten un mejor comportamiento aerodinámico, eficiencia de combustible y transferencia de calor.
Adrián Espinosa, académico de la FI, comentó que con este proyecto que impulsan los estudiantes, y mediante el cual complementan su formación, “han aprendido técnicas novedosas como el ensamble de la carrocería. “Analizamos la posibilidad de vincularlo con la industria”.
Mariano García del Gallego, profesor responsable del proyecto en la FI, reconoció la labor de la escudería universitaria. Esta experiencia inició en 2008 con un grupo de alumnos interesados en aprender a diseñar vehículos. “No impartimos la carrera de ingeniería automotriz, pero sí las bases para manufacturar diferentes autopartes”.
En el salón de clases se brindan las bases, y proyectos como éste permiten culminar el conocimiento, además ofrecer la posibilidad de sobresalir a nivel internacional, concluyó.