En su tesis “La viabilidad socioeconómica y ecológica de la producción orgánica de café: el caso de la Sociedad Cooperativa Agropecuaria Regional Tosepan Titataniske (SCARTT)”, el integrante del Sistema de Becas para Estudiantes Indígenas (SBEI), del Programa Universitario de Estudios de la Diversidad Cultural y la Interculturalidad (PUIC) de la UNAM, refirió la viabilidad y preponderancia económica del café, así como de su organización, producción y comercialización.
En la sustentación de su trabajo, dijo que aunque el café es preponderante en la vida económica y cultural del país, ha habido un descenso en la producción.
Por ello, el joven originario de Coacotla (una comunidad de mil 500 habitantes del municipio de Amixtlán) expuso que con su investigación pretende mostrar los beneficios que un tipo de producción como la de SCARTT trae a los pequeños productores, además de sus ventajas sociales, económicas y ambientales.
Desde la tercera fila de la Sala de Exámenes Profesionales de la FE, la madre y tía de Rigoberto se hallaron, quizá, ajenas al lenguaje técnico de la réplica oral, pero asentaban con la cabeza o un gesto.
“Mi experiencia tras este trabajo, aún con un ángulo académico, es que hay gente que no quiere salir de sus comunidades, que desea seguir laborando en su lugar de origen y con los productos que conoce, en este caso el café. Sin embargo, hay proyectos mineros que tratan de entrar a esta región”, lamentó.
Kapéj
Santiago Romero mencionó que su proyecto de investigación también se convirtió en una afrenta personal. “Café es lo que he consumido prácticamente desde que nací, ha sido una bebida que mis abuelas preparaban siempre. Es el producto que consumíamos, hasta que llegué a esta ciudad, porque no me gustó el café amargo, nosotros acostumbramos dulce. Todo esto va más allá del paladar”.
Entre sus planes próximos se encuentran realizar una maestría en desarrollo rural territorial y profundizar en el tema del kapéj (café en totonaca).
“Todo esto me deja la misión de investigar más. Este tema no se queda sólo aquí, requiere continuidad; es necesario avanzar en la investigación porque el campesinado ha sido abandonado de la economía nacional”, concluyó.
El jurado estuvo conformado por los académicos Jessica Mariela Tolentino Martínez, Antonio Mendoza Hernández, María del Carmen del Valle y Rosa María Lara Torres, directora del proyecto.