En conversación reciente tuve la oportunidad de documentar la experimentada opinión tecnológica, de mercado y regulatoria del economista Felipe Buitrago, coautor de la Economía Naranja (http://bit.ly/1jR4XZE), ex funcionario del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), quien actualmente se desempeña como Director de TICTAC, think tank especializado para las TICs.1
En el marco de nuestro diálogo, publicado en la edición del martes de esta casa editorial, revisamos el camino paralelo que siguen los mercados de telecomunicaciones de Colombia y México, el origen y necesidad de la implementación de una regulación asimétrica y sus efectos esperados aún en la dinámica competitiva, precios y calidad de los servicios. Así también, nos enfocamos en analizar hasta cuándo y bajo qué condiciones es conveniente mantener su vigencia y aplicación estricta. He aquí algunas reflexiones de esta conversación.
Un común denominador en ambas latitudes de Latinoamérica es la excesiva concentración que ostenta el operador América Móvil, con sus consecuentes efectos perniciosos en términos globales de la extracción de bienestar del consumidor.
Los respectivos reguladores han procedido a determinar figuras de dominancia en el caso de Colombia y de preponderancia en México, para aplicar medidas de regulación asimétrica y específica a ese agente económico que ostenta y ejerce poder sustancial de mercado.
De acuerdo con Buitrago, una de las configuraciones pioneras a nivel regional tuvo lugar en ese país y fue la introducción de asimetría de tarifas de interconexión entre el dominante, Claro (América Móvil) y sus competidores. Un ejemplo de conductas abusivas por parte del operador consistía en discriminar el precio de llamadas dentro y fuera de su red, elevando estas últimas para sus usuarios. En su opinión “al contar con 65% de los usuarios, [Claro] no puede hacer uso de su posición. En cambio, si tuviera una participación de 2% del mercado sería buena estrategia para crecer su participación de mercado, pero no la tenía”, por lo que se justificaba la intervención regulatoria.
Esta conducta de exclusión de la competencia, también tuvo lugar en México con Telcel (América Móvil, nuevamente), causante de una desnivelación excesiva en el terreno competitivo. En consecuencia, se tuvo que echar mano de la experiencia de Colombia y varias más e imponer una tarifa de interconexión asimétrica (cero) y la prohibición expresa de discriminar precios de llamadas entre redes. En el caso de Colombia este mecanismo ha sido clave para rebalancear en alguna proporción el peso de los competidores, pero no de manera suficiente. De forma similar, tampoco en México ha sido suficiente esta medida ni su aplicación para alcanzar la tan anhelada competencia efectiva.
Por ello, es necesario mantener e incluso enfatizar la aplicación estricta de las medidas asimétricas impuestas al operador preponderante. Su vigencia en el tiempo depende del cumplimiento de su cometido y eficacia. De acuerdo con Buitrago, no se trata de una imposición permanente. La regulación asimétrica debe ser aplicada de manera estricta en los plazos corto y mediano para asegurar su plena efectividad y eficacia.
En lo que es categórico el economista colombiano es en que, bajo el escenario actual, no se vislumbran pistas en ninguno de los dos países para pensar en aligerar la aplicación de estas medias de compensación a las deficiencias de mercado. Procede regular con mayor efectividad, pero no aún migrar a una fase de desregulación. No mientras persista, como lo hace, el excesivo desequilibrio competitivo entre operadores.
1 Desequilibrios impiden eliminar regulación asimétrica: Buitrago, entrevista publicada en El Economista, 26 de Abril de 2016. Disponible en:http://eleconomista.com.mx/industrias/2016/04/26/desequilibrios-impiden-eliminar-regulacion-asimetrica-buitrago
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