Propone PRI legislar maternidad subrogada para evitar explotación de mujeres con fines reproductivos

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Cámara de Diputados
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Se pronunció por establecer sanciones importantes para quienes realicen esta práctica, ya que el común denominador de las afectadas es su situación de pobreza.

“El asunto no se debe dejar a libre albedrio de cada entidad, sino tener una perspectiva amplia en torno a la maternidad subrogada, y regular dicha práctica”, apuntó.

La diputada del PVEM, Daniela De Los Santos Torres, vicepresidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, consideró que la maternidad subrogada es un tema ante el cual “los legisladores no pueden ser ciegos”; sin embargo, hay pendientes, como una Ley General de Adopción, de la cual presentó una iniciativa.

Muchos niños no pueden ser adoptados debido a la falta de legislación; sólo nueve entidades del país tienen normas al respecto. “Una ley así es un primer paso para coadyuvar a resolver los planteamientos de este evento”, manifestó.

La diputada Norma Edith Martínez Guzmán (Encuentro Social), secretaria de la Comisión de Derechos de la Niñez, comentó que ante un tema tan delicado, es necesario establecer hasta dónde queda el interés superior del niño.

“El deseo del ser humano no se puede convertir en derecho; no existe un derecho a los hijos. Además, quienes se someten a estos procedimientos son las mujeres más vulnerables”, apuntó.

Del grupo parlamentario del PAN, Kathia María Bolio Pinelo, secretaria de la Comisión de Atención a Grupos Vulnerables, indicó que “la maternidad subrogada es un hecho real en México; no podemos tapar el sol con un dedo, a algo que ocurre en parte por el contexto social del país”.

Lo necesario, insistió, es regular y no prohibir este modo de gestación, porque con o sin legislación, las mujeres seguirán arrendando su vientre. Lo que se debe dejar claro es la prohibición de la explotación de mujeres, expresó.

Mely Romero Celis, subsecretaria de Desarrollo Rural de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, exhortó a los legisladores a estar conscientes de la toma de decisiones sobre la maternidad subrogada, pues, dijo, incide directamente en la vida de muchas mexicanas.

Comentó que en octubre pasado, aún en su cargo de senadora, presentó una iniciativa que prohíbe esta práctica, la cual dictaminó la Comisión de Salud del Senado de la República, instancia que modificó el texto original, para permitir la maternidad subrogada no lucrativa.

El documento, abundó, establece candados para verificar que no se trate de casos de explotación de mujeres y sólo se posibilitaría realizar este tipo de gestación a ciudadanos mexicanos. “Nuestro país no puede ser considerado como un paraíso de maternidad subrogada, como lo estiman otras naciones”.

Irene López Faugier, catedrática de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México, indicó que la maternidad subrogada es un método de reproducción asistida violatorio de derechos humanos que promueve una nueva forma de explotación y la violencia sexual.

“Reduce la procreación a un negocio muy lucrativo, ya que fomenta la venta de menores y un modus vivendi para mujeres que, regularmente, tienen carencias económicas”, comentó.

Expuso que la legislación es preocupante en Tabasco, Querétaro y Sinaloa, pues permiten adoptar y transferir embriones, previsto de una forma altruista; sin embargo, quienes se someten a esta práctica no lo hacen a cambio de nada, es decir, hay intereses económicos.

Marcelo Bartolini Esparza, director de asuntos públicos del Early Institute, organismo de análisis y diseño de propuestas para la inclusión de políticas y programas que garanticen el bienestar del menor, indicó que a nivel internacional hay países que prohíben la maternidad subrogada, ya que la consideran comercio de personas.

“La consecuencia es que ese mercado se reubica en países donde no está prohibido y los consideran paraísos del turismo reproductivo, y en México, este negocio prevalece en la Península de Yucatán”, expuso.

Por su parte, Kajsa Ekis Ekman, periodista y activista sueca, manifestó su rechazo a este tipo de gestación, pues convierte a “la madre en una fábrica y a sus hijos en mercancía”.

Consideró que los gobiernos deben detener esa industria antes de que alcance las dimensiones de las redes de prostitución o trata de personas. “La maternidad subrogada es la hermana pequeña de la prostitución”, opinó.