Dijo, que en temporada de calor, las niñas y niños son los más vulnerables ya que aumentan las posibilidades de que sufran graves problemas como la deshidratación, insolación, las enfermedades de las vías respiratorias y del aparato digestivo.
Indicó, que es necesario tomar medidas precautorias como evitar llevar a cabo las clases de deportes de las 12:00 a las 16:00 horas que es cuando los rayos solares llegan con su máxima intensidad y el calor puede afectar la salud de los pequeños. Además, precisó que es importante mantenerlos bien hidratados y protegidos, pues junto con los adultos mayores son la población más vulnerable en primavera y verano.
Recomendó a los padres de familia, colocar protector solar a los infantes y vestirlos con ropa ligera y holgada, de colores claros y de preferencia con tejidos naturales como el algodón.
Hizo un llamado para que las madres o las personas encargadas del cuidado de las niñas y niños les proporcionen alimentos frescos, bien lavados y desinfectados.
“Hay que evitar que los pequeños coman en la calle, ya que estos alimentos son una fuente de bacterias y parásitos que al ingresar a su pequeño organismo les pueden ocasionar salmonella, tifoidea, cólera y, en los menores de cinco años, enfermedad por rotavirus, que se caracteriza por una intensa diarrea, vómitos y dolor abdominal.
Por otro lado, alertó que los altos niveles de ozono experimentados en las últimas semanas en la ciudad, así como las olas de calor y las altas temperaturas aumentan los riesgos de padecimientos como el asma y la rinitis.
Por último, pidió a cuidadoras, maestros y padres de familia estar alertas ante síntomas como diarrea, vómito, cólicos, dolor abdominal, fiebre, tos y sensación de falta de aire, acudir a su clínica o centro de salud más cercano y no recurrir a la automedicación.
