Este asunto tan desagradable de la virtual bancarrota de Petróleos Mexicanos no tiene ni pies ni cabeza: es un monstruo diabólico que no para de echar azufre desde las profundidades de los pozos de chapopote y aceite hirviendo. Ahora fuentes periodísticas detectan sobreprecio en contratos de Pemex y en asuntos cuyos precios se abultaron inmisericordemente, lo cual es parte de la mala política de la dirección de la empresa y parte de las causas de la bronca que ahora confronta la paraestatal y digo paraestatal con toda sana intención, porque de empresa productiva del estado no tiene nada.
Ahora resulta, según despacho de la empresa periodística estadounidense, Bloomberg, dedicada a informar de la economía y las finanzas mundiales, que estos fueron los acuerdos: una camioneta pickup Chevrolet Silverado 1500 costaría el equivalente a 6 mil 687 dólares por un año de arrendamiento; la otra 10 mil 926 dólares, Es decir 63% más.
Según Bloomberg, para Pemex, ambos contratos parecieron tener sentido en términos de negocios. Ambos contratos de arrendamiento de flotilla tienen un valor combinado de 4 mil 800 millones de pesos (271 millones de dólares), y cobran relevancia en momentos en que Pemex lucha frente a los colapsados precios del petróleo y el fin de su monopolio de 76 años.
“Es como si fuera en contra de todo el discurso” sobre el recorte presupuestal, dijo a Bloomberg Marcelo Mereles, ex funcionario de Pemex que ahora es socio en la consultora EnergeA.
Los dos contratos contienen virtualmente las mismas especificaciones para las camionetas, con excepción de los frenos ABS.
Funcionarios de Pemex declinaron responder a las llamadas telefónicas de los reporteros de Bloomberg. Ni siquiera respondieron a correos electrónicos enviados por la empresa periodística. Un abogado de Integra, Antonio Holguín, dijo que el contrato de su compañía es más costoso por varias razones, incluyendo la expectativa de que las camionetas serán objeto de un uso más riguroso, aunque los dos documentos no señalen ninguna diferencia.
Todo un escándalo por la equivocada política de los ejecutivos de la empresa petrolera, encabezados por Lozoya Austin, el mago de la caída de una empresa que llegó a ser una de las más importantes y poderosas del mundo y que compitió dignamente con las grandes petroleras estadounidenses y las de los árabes.
Ahí tendría que responder el ex director Emilio Lozoya Austin, porque a simple vista los contratos huelen a corrupción pura, a manipuleo irresponsable de los dineros de la empresa. Todo un escandalito, que opaca las aparentes buenas acciones que está tomando la nueva dirección de lo que fue el monopolio estatal más importante del mundo de los negocios. La empresa de México y “de los mexicanos”. Uf. La demagogia hace decir tonterías a los políticos.
Ante estos hechos vergonzosos, cobra relevancia y da un hálito de esperanza por ejemplo el anuncio de que Pemex colocó este miércoles 9 de marzo bonos en dos tramos por un total de 2 mil 250 millones de euros, según informó IFR, un servicio financiero de Thomson Reuters. El financiamiento es importante y puede resarcir en buena medida los catastróficos resultados ocurridos por el mal manejo de las finanzas de la empresa en momentos en que se caían los precios del tambo de aceite.
Pemex vendió deuda a tres años por mil 350 millones de euros con un rendimiento de 3.808 por ciento, o tasa midsawp más 395 puntos básicos. El retorno fue menor a la guía inicial del área de midswap más 415 puntos básicos, según IFR.
La compañía además colocó 900 millones de euros en deuda a siete años con un retorno de un 5.213 por ciento, o tasa midswap más 495 puntos básicos, lo que resultó también menor a la guía inicial del área de midswap más 515 puntos básicos.
Las calificaciones de crédito de la compañía son Baa1/BBB+/BBB+. Vaya pues. Esta telenovela aún empieza y como decía mi madre es parte de las primeras cuentas de un rosario muy prolongado.
