De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la cifra en jóvenes de 15 a 29 años es de 7.5 y representa 40.8 por ciento del total de los consumados, fenómeno que representa un problema de salud pública a nivel mundial.
En México, informó, se incorporó la prevención del suicidio en el Programa Sectorial de Salud, como parte fundamental de la atención a la salud mental. Particularmente, el Programa de Acción Específico de Atención Psiquiátrica 2013-2018 en la estrategia 3, hace énfasis en el fortalecimiento de acciones en casos de trastorno mentales como comportamiento suicida y propone medidas de prevención del suicidio.
La dependencia federal respondió en los términos antes citados a un dictamen avalado por el Pleno cameral el pasado 15 de diciembre, donde se le solicitó diagnosticar las causas por las que no se han alcanzado, en México, las metas establecidas en el Plan de Prevención del Suicidio (Supre) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y tomar medidas para alcanzar los objetivos trazados, a fin de lograr la reducción de las víctimas de suicidio en el país.
Los legisladores expusieron que las enfermedades mentales, principalmente la depresión y los trastornos por consumo de alcohol, el abuso de sustancias, la violencia, las sensaciones de pérdida y diversos entornos culturales y sociales, constituyen importantes factores de riesgo de suicidio.
Relataron que en 2014, se dio a conocer que en los últimos 30 años el número de suicidios en el país aumentó 300 por ciento constituyendo una de las primeras causas de muerte en el sector salud y un grave problema, y señalaron que la prevención forma parte del plan de la OMS, que propone reducir 10 por ciento, para 2020, la tasa de suicidio en los países de mayor incidencia.
En el documento, publicado en la Gaceta Parlamentaria, la Secretaría de Salud expresó que el desarrollo de una estrategia nacional de prevención del suicidio permitiría, de acuerdo con lo planteado por la OMS, enunciar el compromiso del gobierno en relación con el problema del suicidio, consiguiendo sistematizar la respuesta nacional al fenómeno del suicidio.
La estrategia deberá incluir lo sugerido por el plan Supre de abarcar medidas de prevención, restricción del acceso a medios letales, directrices de difusión mediática, medidas de reducción del estigma y capacitación multisectorial.
Consideró vital el uso y difusión de los instrumentos diseñados por la OMS para evaluación, dirigidos a grupos específicos sociales y profesionales, particularmente relevantes para la prevención del suicidio.
La dependencia federal resaltó que en los Servicios de Atención Psiquiátrica (SAP), se brinda atención médico-psiquiátrica especializada, entre otras problemáticas, a personas que tienen conducta del espectro suicida, trastornos relacionados y psicoeducación a sus cuidadores y familiares.
También, se realizan acciones de información y concientización en el tema, como entrevistas en medios de comunicación y cursos dirigidos a personal de salud, familiares de pacientes y población en general, así como la difusión de folletos informativos.
