El legislador del Partido de la Revolución Democrática (PRD) declaró que en la nueva Constitución local de la Ciudad de México, el derecho a poseer una vivienda digna debe quedar plasmado en el documento que normará el andamiaje legal de la capital del país.
Agregó que de un tiempo para acá, el auge inmobiliario se extendió por toda la capital del país con la construcción anual, en promedio, de 18 mil viviendas, mismas que han elevado su costo a tal grado que están prácticamente fuera del alcance de la mayoría de los capitalinos.
Declaró que dicha situación obliga cada año a cerca de 30 mil familias a dejar la Ciudad de México y a irse a vivir al área conurbada, principalmente el estado de México, Puebla, Hidalgo, Morelos y hasta Querétaro.
Mientras tanto, dijo, las inmobiliarias privadas continúan impulsando desarrollos habitacionales de alta plusvalía, incluso en zonas de valor patrimonial, áreas de conservación natural, con problemas de abasto de servicios, saturación vial, incluso, de riesgo, todo ello con el descontento vecinal y la complacencia de la Seduvi.
Es fácil observar desarrollos inmobiliarios en el corredor del Paseo de la Reforma donde, lo mismo que en Santa Fe, o en la Delegación Benito Juárez donde los condominios se cotizan en dólares y su precio en pesos llega a entre 20 y 30 millones.
Opinó que la ciudad capital se ha convertido en una entidad elitista, pues la construcción de vivienda que más ha crecido es la residencial y residencial plus, en el sur de la capital y en Polanco, donde el precio del metro cuadrado oscila entre 70 mil y 80 mil pesos, con sitios en los que la cifra llega hasta 100 mil pesos.
Mencionó que a partir de la suspensión de la norma 26, que promueve la vivienda de interés social, la construcción de este tipo de casas se estancó, lo que ha dejado a miles de capitalinos sin posibilidad de hacerse de una vivienda.
Para muestra basta un botón, declaró, pues de acuerdo al del INFONAVIT de los alrededor de 4 millones de derechohabientes que cotizan en la Ciudad de México, cerca de un millón tienen capacidad de comprar un departamento de 700 mil a un millón y medio de pesos, y sin embargo, no les alcanza para comprar una vivienda digna.
Reiteró que mientras la Seduvi contempla impávida como se construyen megatorres bajo el argumento de que “no hay de otra”, la vivienda de interés popular se encuentra prácticamente estancada.
Sostuvo que dicha dependencia encargada de impulsar la vivienda en la actual administración, ha perdido el rumbo y ha dejado de cumplir los ejes rectores que históricamente se habían impulsado.
Declaró que la propia secretaría presume que sus ejes rectores es la creación de una ciudad compacta, dinámica, policéntrica y equitativa, sin embargo estos ejes están lejos de cumplirse.
En los últimos años vemos que la ciudad no está creando la vivienda acorde a las necesidades de los habitantes de la ciudad y a la Secretaria no la vemos trabajando para detener la expulsión de capitalinos a la zona conurbada, finalizó.