Además, se comprometió a enviar a la Asamblea Constituyente de esta capital a los seis designados que le corresponden con las características de ser personas de excelencia y que más allá de su origen partidista acrediten conocimientos y compromisos con la Ciudad de México y el país.
En el patio de honor de Palacio Nacional y ante unos 300 invitados que incluyeron legisladores federales y locales, funcionarios de gabinete federal y de gobierno local, el presidente Peña dijo que el país está muy orgulloso de tener a ésta como su capital.
Hoy, expresó, es un gran día para el federalismo, la democracia y la vida republicana. La democracia avanza, da un paso más en el largo proceso histórico que ha dado forma a instituciones y al régimen jurídico nacional.
“Así se escribe la historia: con determinación y visión de futuro, poniendo por delante las demandas de la sociedad”, aseveró Peña Nieto.
La reforma política, precisó, es una prueba fehaciente de que los mexicanos pueden lograr cualquier meta que se propongan y promulgar el nuevo régimen político de la ciudad es la culminación del esfuerzo de varias generaciones y de hecho culmina un debate que inició desde la Constitución de 1824.
Por eso, añadió el mandatario, cuando se le reconoce como una entidad federal con autonomía la Ciudad de México es a partir de hoy “una capital moderna e incluyente que recibe por fin el reconocimiento que merece”.
La nueva Constitución, dijo también, contendrá las libertades y aspiraciones de que gozarán sus habitantes y la Asamblea Constituyente será un hito de la historia política reciente y cuyos integrantes -insistió el Ejecutivo- deben actuar con responsabilidad, eficacia, visión de Estado y por encima de fracciones y partidos políticos para crear así un instrumento jurídico de vanguardia.
