A las afueras del penal, ubicado a 40 kilómetros de Madrid, lo esperaba su esposa Vanessa Guerrero y su abogado Ulrich Richter.
Al abandonar la prisión, en la que permaneció desde el pasado 15 de enero, Moreira dijo que quería “comerse unas papas bravas” con su esposa.
Moreira declaró que seguiría estudiando en Barcelona, y que quería descansar y estar con su familia.
Su esposa Vanessa Guerrero se dijo emocionada mientras repetía “ese es mi Moreira, ese es mi marido”.
Esta mañana, el juez español Santiago Pedraz determinó la libertad sin fianza del también ex presidente del PRI, tras oír su declaración y la de su abogado, Manuel Ollé, durante su comparecencia celebrada en la Audiencia Nacional de Madrid.
Moreira no podrá abandonar España hasta que concluya el proceso que se le sigue, por lo que el juez ordenó quitarle el pasaporte.