Qué le ocurrió a este mundo, que desde que fue mundo está hecho un ovillo y es un planetario botín de quienes lo “gobiernan” y simulan hacerlo en beneficio de sus “gobernados.”
Las grandes broncas que sufren las mayorías no se acaban. El hombre continúa siendo el lobo del hombre, homo homini lupus como lo protagonizara el comediógrafo latino, Plauto, y lo popularizara el pensador inglés del siglo XVII, Thomas Hobbess.
Y es en nuestra época de la ciencia y las tecnologías de la información, de las app, cuando se hace más evidente esta verdad. El hombre sigue siendo lobo de sus alteridades. Si no, dígame que está pasando en la mente de los grandes industrializados, con el “guía” de la patria de Juan Calvino a la cabeza y Francia, o mejor dicho, el gobierno del Elíseo, que fue violentamente sacudido por los terribles atentados recientes, que dejaron más de un centenar de cadáveres en un santiamén. Gracias a los aperos de Washington y a sus avenencias con los terroristas antirusos.
Lo advertimos inmediatamente. Y pareciera que así fue como lo dijimos. Por sus características, por la relación de violencia que hay entre Francia y varios países árabes, particularmente Siria, uno de los más respetables imperios de la cultura universal desde tiempos inmemoriales, los atentados, como decíamos ayer, tanto en París como en Ankara y Siria, parecían orquestados por las fuerzas imperialistas para justificar la masacre en ese vapuleado país del próximo oriente.
Alguien me dijo ayer. Es la guerra. Es el inicio, yo diría que la continuación, de la Tercera Guerra: Los inquilinos de la Casa Blanca y el poder judío de derechas detrás de ellos, así como los grandes jefes de la mafia mundial de Bilderberg, no se cansarán hasta lograrlo de ser el gran hermano que controle y explote toda la riqueza mundial, si no directamente, sí a través de empresarios (gobiernos) totalmente pagadores de sustanciales tributos a Washington.
Los bombardeos contra Siria, disfrazados de ataques bélicos convencionales a presuntas posiciones de la avanzada terrorista mundial (el yihadista Estado Islámico) fueron intensificados por el gobierno “socialista” francés, encabezados actualmente por el Monseigneur Hollande, presunto socialista de la rama de los orgánicos, un halcón como Obama, con plumaje de albo palomino.
Pero lo que no dicen es que esto es la guerra. C’est la guerre, dirían los fieles del general guerrero Charles De Gaulle, a quien quizá quiera imitar el tal Hollande.
Pero tanto el inquilino del Elíseo como el titiritero de la Casa Blanca tendrán que aceptarlo. Que esto es la guerra. Y el estadounidense, que él mismo presidente de los Estados Unidos ordenó la creación y la crianza de cuervos de estos que sacan ojos. Los atentados, quiéranlo o no, son actos de guerra. Qué se creía Hollande, que sólo él podría bombardear y matar sirios, so pretexto de matar “terroristas”, los mismos herederos de los terroristas que entrenó y comandó la Agencia Central de Inteligencia de Washington.
Por ahí va la cosa. Evitan divulgarlo los grandes manipuladores de la mediática. Pero el terrorismo mundial está comandado, impulsado y financiado por los halcones de la casa blanca y, por consiguiente, del Petágono.
Jamás renunciarán los políticos de Washington a ser los dueños del mudo. Son parte del misterioso y diabólico Club Bilderberg, que no se tientan el alma ni siquiera para matar recién nacidos. Para ello fueron creados. Su profeta, Juan Calvino, los destinó a ser los amos de la humanidad. Y si los rusos no se ponen listos, van a ser comidos por estos miserables.
A los sirios van a desaparecerlos del mapa, como hicieron con Sadam Hussein o el coronel Anuar El Sadat. Así terminarán con los palestinos, con los sirios, con los venezolanos, con todo aquel que no se ponga de rodillas y pague tributo. Como lo hicieron con el general Omar Torrijos, en Panamá, que aún hoy se pudre en una inhumana mazmorra de Miami.
C’est la Guerre…