Este lunes, los diputados apenas anunciaron la metodología que seguirán para “discutir” y aprobar el presupuesto federal, les queda un lapso sumamente reducido para sacar un proyecto racional, justo, equilibrado, realista y para rectificar las aberraciones del poder ejecutivo como aumentar sustancialmente el gasto corriente y rebajar las partidas para los sectores, los ramos de carácter social y de impulso para que la economía nacional salga del atolladero en el que ha venido bregando desde hace tres años, la mitad del sexenio.
Sin estos cambios, la economía nacional estará condenada a seguir en el suelo del 2016 al 2018 y quedará en un desplante demagógico el eslogan de “mover a México”.
En el 2016, la economía no crecerá arriba del 2 por ciento cuando mucho; en el 2017 a nadie de la clase política gobernante le importará si crece o no; ellos habrán engordado ya sus cuentas bancarias no sólo en pesos sino también en dólares y las habrán mandado a las islas Caimán o a Panamá y algún excéntrico las habrá depositado en algún banco suizo.
Y para el 2018, imagine usted si les importará la economía. A nadie. Ni al presidente saliente ni a Videgaray. Y El nuevo jefe del ejecutivo reinaugurará más de lo mismo. Las mismas promesas al país, a los mexicanos, que terminarán otro sexenio con las mismas vergüenzas con que concluyen todos desde que el PRI es PRI.
Y las promesas, los propósitos mediáticos, demagógicos, populistas, rezados, proclamados por Peña en la ceremonia con la que celebró su protesta como presidente de la república frente al Congreso General, en diciembre de 2012, en el mero palacio nacional, quedarán como una simbólica nota de color, destacada por la prensa escrita, radial, televisiva y digital del momento. Y se convertirán otra vez en las mismas vergüenzas. No se enojen quienes manejan los negocios públicos ni los que los apoyan, pero esto que afirma este escribidor es la neta.
Los diputados pues harán milagros para que el presupuesto federal quede listo en día 15. ¿Creen ustedes que van a lograr un buen presupuesto digamos en cinco días? Para nada. Su ventaja es que el presupuesto ya viene amarrado de Los Pinos. Sólo para que hagan la pantomima de que lo discutieron y le hicieron caso a la oposición en alguno que otro asuntito de menor importancia. Lo cierto es que el presupuesto para el año venidero, el que se gastará el gobierno, huele más a negocio sucio que a una estrategia de desarrollo económico y de paliativo de la pobreza y la desigualdad.
Lo dijimos en el espacio de este viernes pasado. El gasto corriente, el gasto en sueldos de una burocracia inútil y corrupta, es el que se lleva la tajada de león. Crece en poco más de un 50 por ciento. Esto ya lo dijimos. Sólo lo estamos recordando. Y lo demás, lo realmente importante, que se lo lleve el carajo. Reducciones vergonzantes en los sectores de carácter económico y social, especialmente social. Como que los pobres no cuentan en este negocio toluqueño.
Salud, sector agropecuario, educación, desarrollo social, sin importancia. Les tienen sin cuidado a estos gobernantes avalados por los diputados y por los senadores. Estos sectores sí que serán víctimas de esa austeridad demagógica, populista, así como un titipuchal de programas destinados a paliar la pobreza y el hambre, de los cuales serán eliminados 56. Según el proyecto del presupuesto, estos rubros de entrada ya van a sufrir un recorte de unos 220 mil millones de pesos. No así los gastos que son más sensibles al saqueo del sexenio de Hidango, a la corrupción, de la cual nadie quiere hablar en el Congreso, no obstante que ya ha sido aprobada, desde la legislatura pasada, la ley respectiva.
Dicen los que saben, que también se equivocan, que los diputados tienen plazo por lo menos en el primer trimestre del año venidero para crear la ley secundaria de la reforma constitucional anticorrupción, que crea un llamado sistema nacional anticorrupción, del cual se derivarán una serie de instituciones como por ejemplo una fiscalía que deberá, si funciona como tal, meter a la cárcel a toda la bola de pillos que gobiernan esta sufrida sociedad de meshicas y criollos venidos a menos.
A propósito me enteré de que México, junto con Brasil, India, China, Indonesia, Nigeria y Turquía tiene una representación alarmante entre los países más corruptos en el mundo. Poder, política y dinero cohabitan en la misma plataforma. Ah, y falta hablar de la cultura de la impunidad…
En fin que habrá presupuesto para que muchos políticos influyentes hagan pingües negocios y engorden su cartera.
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