Durante la inauguración del Encuentro de Ministros de Agricultura de las Américas, ante representantes de 34 naciones el hemisferio en el municipio de Solidaridad, el mandatario asentó que si se logra aumentar la productividad en el campo no sólo habrá mayor seguridad alimentaria, se reducirá el impacto sobre el medio ambiente.
En el marco de la XVIII Reunión Ordinaria de la Junta Interamericana de Agricultura, destacó el esfuerzo de México a favor del sector mediante el impulso a programas y acciones para elevar la productividad y competitividad del campo mexicano.
En su mensaje, el Presidente de la República, señaló que si los países del hemisferio logran democratizar la productividad, se potenciará el desarrollo regional, y se habrá de reducir la pobreza y la desigualdad social.
Puso énfasis en que hoy la humanidad enfrenta un “inmenso desafío”: garantizar que hay alimentos suficientes y de calidad para esta y las próximas generaciones.
Hizo notar que la Organización de las Naciones Unidas estima que para el año 2050 la población mundial rondará los 9 mil 700 millones de personas, es decir 2 mil 300 millones de personas más, 24% más que el número actual.
Agregó que la FAO calcula que para satisfacer la demanda total de productos agrícolas la producción mundial deberá crecer para entonces entre 60% y 100%.
Advirtió que el mayor desafío es que entre 10% y 20% de ese incremento será resultado de disponibilidad de nuevas tierras para cultivo, por lo que 80% de los requerimientos de alimentos deberá obtenerse a partir de una mayor productividad.
“Por eso este es un reto amplio y la humanidad debe lograrlo al tiempo que combate el cambio climático y la desigualdad social.”, puntualizó.
El Presidente de México subrayó que todo esto da una idea clara de la magnitud de los desafíos alimentarios que hay por delante y de los esfuerzos regionales a desplegar por la seguridad alimentaria de América en las siguientes décadas.
OPORTUNIDAD HISTÓRICA
Asentó que como región, los países del hemisferio tienen la oportunidad histórica de elevar la producción agropecuaria de manera competitiva, incluyente y sustentable. Lamentó que en la mayoría de los países de la región el campo ha estado marcado por profundos contrastes.
Hizo notar que son pocos los grandes productores con acceso a crédito, tecnología e insumos de primer nivel que compiten con éxito en los mercados internacionales, pero que también hay una gran cantidad de pequeños productores que por su tamaño y escala orientan su actividad al autoconsumo.
Indicó que el común denominador es que ambos requieren de políticas públicas en favor de la productividad.
“Eso es lo que hacemos en México, estamos impulsando programas y acciones para elevar la productividad y competitividad del campo mexicano”.
Señaló que a través del nuevo Proagro productivo los recursos se otorgan a los productores a cambio de su compromiso para destinarlos a insumos y mejoras que permitan incrementar sus rendimientos.
“Además reduce la desigualdad ya que favorece más a los que más lo necesitan, es decir los productores de menor escala. Actualmente el 98% de los productores inscritos en este programas acreditó el buen uso de los recursos en la adquisición de insumos estratégicos como fertilizantes, semillas mejoradas y mano de obra”.
Apuntó que mediante el Programa de Incentivos para la Producción de maíz y frijol se promueve que los productores apliquen paquetes tecnológicos a sus cultivos que incluyen desde implementos agrícolas y semilla mejorada hasta insumos de nutrición vegetal y control fitosanitario.
“Estos incentivos han permitido incrementos en la productividad de hasta 200% en las pequeñas parcelas de 1 millón 200 mil productores de 27 entidades de nuestra geografía nacional”, puntualizó.
Destacó que otro apoyo a la productividad es la nueva política de acompañamiento técnico a los productores mediante un modelo que los acompaña desde la siembra hasta la comercialización de los productos del campo.
Hizo notar que su gobierno ha promovido una mayor inversión en investigación y desarrollo en el sector mediante el Programa de Innovación para el Desarrollo Tecnológico Aplicado, y con la creación de 9 centros nacionales de innovación y transferencia tecnológica los productores pueden agregar mayor valor a su trabajo.
“Estos son algunos de los ejemplos concretos de cómo México está trabajando para que todos sus productores agrícolas sean más competitivos y obtengan mayores ingresos”.
Dijo que como país y como región tenemos una gran oportunidad gracias a las nuevas tecnologías. Explicó que los productores de cualquier escala cuentan con mayor acceso a información, técnicas e innovaciones que les permiten ser más productivos.
“El reto es asegurar que todas las herramientas lleguen a un mayor número de agricultores, que cada vez sean más los pequeños productores que aprovechen los sistemas de riego tecnificado, las semillas mejoradas e información de mercados entre otras.
“Si logramos aumentar la productividad en el campo no sólo habrá mayor seguridad alimentaria, también se reducirá el impacto sobre el medio ambiente. Si logramos democratizar la productividad no solo potenciaremos el desarrollo regional, también habremos de reducir la pobreza y la desigualdad social”, asentó.
Enfatizó que la productividad es la mejor vía para conducir al campo de las Américas a un mejor destino. Dijo que con esta convicción México renueva su compromiso con el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y con sus estados miembros, llamo a fortalecer este organismo.
El secretario de Agricultura, José Calzada Rovirosa, confió en que las deliberaciones de este encuentro serán de gran riqueza, pues se compartirán compartir los retos y experiencias de éxito de los definirán el rumbo de producción en el Continente Americano.
Subrayó que el objetivo debe ser incrementar la producción en al menos 70% en los próximos años. Subrayó que ésta es una prioridad estratégica que se debe emprender pues eludirlo tendría un costo importante en términos políticos, sociales y ambientales. “Se trata de una obligación moral que no podemos soslayar”, dijo.
“El intercambio de opiniones sobre las experiencias de cada país y las distintas maneras de enfrentar los retos agrícolas y de abasto de alimentos, permitirá definir criterios generales sobre el futuro de la producción en el Continente Americano”, puntualizó.
Víctor Villalobos Arámbula, director general del Instituto de Cooperación para la Agricultura (IICA), subrayó que este organismo es el mejor socio que puede haber para alcanzar el desarrollo agrícola en la región.
Indicó que se debe producir más por hectárea y hacer rendir más el agua. Señaló que la productividad es clave para fortalecer la competitividad y con ello establecer a la agricultura como motor de crecimiento económico en la región.
Presentó seis recomendaciones a los representantes de los gobiernos de los países del continente:
Fortalecer la rectoría del Estado en materia agropecuaria, impulsar la educación para el sector, empujar una cultura de la innovación, consolidar el liderazgo de la región en comercio agrícola, promover una cultura emprendedora de los pequeños productores y una mayor cooperación internacional.
“Debemos alimentar a todos, nuestro hemisferio tiene la capacidad para convertirse en el granero del mundo”, estableció.
El gobernador quintanarroense, Roberto Borge Angulo, dijo que México es anfitrión, acorde a la importancia de la nación en el contexto internacional, que impulsa cambios internos ante el contexto global.