El TPP (Acuerdo de Asociación Transpacífico), otro mega fraude en el que nos enredan los amos y señores de la política de comercio exterior, que sólo responden, y no me digan que no, a los dictados de Washington, como que México realmente fuese el Traspatio de la Casa Grande del Tío Sam.
Como el NAFTA (Tratado de Libre Comercio de Norte América).
Y los que cargan con los daños, que no son reconocidos por los negociadores tolucos de la dependencia económica del país, son los productores nacionales y nacionalistas. Que son los medianos. No los grandotes, que a estos les tiene sin cuidado cualquier nuevo invento de globalización, pues como tienen su matriz en Estados Unidos, tienen aseguradas sus exportaciones y abaratadas las importaciones que necesitan para sus procesos productivos. Estos ni siquiera dan cuenta a México. A nadie. Son poderosos, y sólo responden a sus matrices.
Pero a los gobernantes mexicanos les importa un bledo cualquier impacto negativo de acuerdos o tratados como el de marras, que son comandados por el Departamento de Comercio de los Estados Unidos. Y como México es una estrella más de la Unión, aún sin aparecer en la bandera de las barras y las estrellas, tiene que apechugar.
Lo terrible es los voceros gubernamentales mienten cuando aseguran que en la negociación del TPP protegieron a los sectores sensibles. La realidad de otra y muy cruda.
Lo acaba de denunciar y lamentar la Canacintra (Cámara de la Industria de Transformación):
Las concesiones que otorgaron los negociadores representantes del gobierno mexicano en ese mega pacto comercial dañarán a sectores exportadores mexicanos de la industria de autopartes, del azúcar, de los textiles, de la industria farmacéutica y de la industria acerera, ésta última ya de por sí muy vapuleada por el muy ventajoso dragón chino, que de comunista sólo le quedan las malas mañas, al que no se atrevieron parar las autoridades mexicanas, so pretexto del respeto a la globalización y el libre comercio. Como dice el lugar común, a otro perro con ese hueso. El sector lácteo, de acuerdo con el Consejo Nacional Agropecuario, será uno de los más afectados.
Pero no hay que ser aves de mal agüero. A los mexicanos les deseamos un gran éxito en esta asociación, en la que participan verdaderos monstruos del dumping. Los de la AnCham son un poco exageraditos cuando dicen que con el TPP hay oportunidad de que las exportaciones mexicanas crezcan en 150 mil millones de dólares en los próximos cinco años. Dios les oiga, porque se ve en los cuernos de la luna su deseo.
Y todo está por escribirse sobre todo en estos momentos cruciales para la economía mundial, que va en retroceso, como lo calcula el FMI y el BM, que prevé un grave retroceso para la economía latinoamericana, y un crecimiento ridículo de la economía mexicana.
El propio secretario Videgaray reconoció este miércoles ante el pleno del senado, ante quien compareció, que el TPP no es miel sobre hojuelas, informando que el gobierno negocia otro acuerdo, pero para evitar la manipulación cambiaria en el mega pacto.
El toluco tesorero explicó a los padres conscriptos que México está participando con el desarrollo de un mecanismo de estabilidad macroeconómica, acordado entre las partes del TPP, específicamente para garantizar la transparencia en la política cambiaria de los países integrantes del acuerdo.
El objetivo de este acuerdo (cambiario) es evitar que los socios del TPP manipulen indebidamente los tipos de cambio para generar una ventaja desleal en la competencia contra las exportaciones mexicanas, de acuerdo con Videgaray.
Pero bueno. Veremos de qué cuero salen más correas. No se olvide que los orientales son expertos en trampas. Vea lo que impunemente están haciendo con el mercado del acero.
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