El legislador subrayó que un estudio elaborado por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación en 2007, arrojó que en los planteles, los alumnos se relacionan con la manifestación de conductas violentas como agresiones verbales, físicas y daño a instalaciones escolares.
Se observó que en el caso de los estudiantes de primaria, dos de cada diez aceptaron haber participado en peleas verbales o físicas, robos y amenazado a sus compañeros.
En tanto, nueve de cada diez reconocieron que alguna vez participaron en actividades que dañaron las instalaciones, mientras que el dos por ciento aceptó haber robado algún objeto o dinero dentro del centro educativo.
Pacheco Díaz puntualizó que para lograr esta inclusión de psicólogos, se deben reformar los artículos 10 y 42 de la Ley General de Educación, para que en todos los planteles de nivel básico, exista un psicólogo que actúe de forma temprana en la resolución y prevención de diversos problemas de desadaptación en los menores.
Con estas reformas se lograría fortalecer la coordinación entre la enseñanza académica y la emocional, al dotar a las autoridades educativas de profesionales en esta ciencia con el objetivo básico de mejorar el acto pedagógico y la atención al desarrollo del alumno.
Resaltó que las funciones que realizará este personal serán la prevención, elaboración de programas educativos acordes con los desarrollos conceptuales del momento, detección y valoración individual y asesoramiento a profesores, con la finalidad de transformar o modificar las conductas desadaptadas.
En la iniciativa turnada a la Comisión de Educación Pública y Servicios Educativos, Pacheco Díaz aclaró que el actuar del psicólogo no sólo se limitará a dar un diagnóstico y una evaluación, sino que deberá interactuar con los docentes y con los miembros del núcleo familiar, como factores que pueden afectar el proceso educativo del alumno.
Destacó que en la tarea de rescatar a los alumnos que han vivido en sus hogares el embate de los efectos del crimen organizado, el trabajo psicológico es fundamental para atender, superar y convivir con las secuelas que estas amargas experiencias han dejado en sus vidas.
Así también, el legislador refiere que los cambios registrados en la estructura de las familias y la falta de valores, disciplina y control de sus hijos, generan anomalías o problemas de aprendizaje; la labor que el docente desarrolla en escuelas y aulas debe enfocarse a prevenir posibles situaciones de conflicto, aunadas a que los programas no se adaptan a las necesidades reales de los alumnos.
El diputado consideró que en la educación básica se puede dar dirección correcta a las vidas de los alumnos, y de ahí la importancia de que un psicólogo complemente el trabajo y los esfuerzos de los educadores.