La pelea por el PRI

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PRI
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Si las proyecciones no cambian, a inicios de la cuarta semana de agosto habrá nuevo presidente nacional del PRI.

Eso ocurrirá porque el domingo 23 se cumple el término del período para el que fueron electos César Camacho como dirigente nacional del tricolor, e Ivonne Ortega como secretaria General de este instituto.

Ambos, para esas fechas, quedarán liberados para entrarle de lleno a sus nuevos cargos dentro de la LXIII Legislatura en la Cámara de Diputados.

Los aspirantes a suceder a Camacho son 3 políticos con antecedentes duros:

–       Manlio Fabio Beltrones que lo mismo ha sido gobernador de Sonora, que subsecretario de Gobernación y líder de los diputados y senadores de su partido en varias legislaturas y, para no pocos dentro de la clase política en el poder, “el idóneo” para suceder a Camacho en la dirigencia nacional del PRI.

–       Le sigue Enrique Martínez y Martínez, exgobernador de Coahuila y actualmente secretario de Agricultura.

–       Con una aparición de último momento, la lista incluye a César Duarte, gobernador de Chihuahua y expresidente de la Cámara de Diputados. Un personaje oscuro acusado de nepotismo y de realizar negocios turbios a partir de su cargo, entre otros el de haberse hecho del control de un banco local. Fuera de los supuestos está el hecho de que recibió una deuda de 13 mil millones de pesos de su antecesor José Reyes Baeza y en 4 años él se ha encargado de incrementarla a 54 mil millones sin que exista ninguna obra o programa que la justifique.

–       En este grupo de aspirantes se coloca también al actual Jefe de la Oficina de la Presidencia de la República, el joven egresado de Ciencias Políticas Aurelio Nuño Mayer.

A sus casi 63 años de edad –los cumple el domingo 30 de agosto próximo-, Manlio Fabio Beltrones no tiene padrino político alguno, pero sí un muy importante grupo de apoyo y una extensa red de relaciones de poder tejida a lo largo de una vasta carrera dentro del PRI, en donde ha sido secretario general de la CNOP, presidente del tricolor en su estado y otros muchos cargos. Con el currículo cn que cuenta, hay quienes afirman que Beltrones realiza desde hace unas semanas un fuerte cabildeo con los gobernadores del PRI y otras cúpulas del tricolor, a fin de impulsar su candidatura a la presidencia del PRI. En esta tarea le ayudan otros miembros de su grupo, quienes se han repartido el trabajo de buscar el apoyo de acuerdo a la relación que pueden tener con cada gobernador.

Con casi 67 años de edad –los cumplirá el 10 de noviembre próximo-, el empresario coahuilense Enrique Martínez y Martínez es el aspirante de mayor edad, a quien algunos gobernadores ven como una opción en la dirigencia nacional del PRI.

Para César Duarte Jáquez llegar a la dirigencia nacional del PRI a sus 53 años de edad sería prácticamente el mejor regalo de impunidad, frente al cúmulo de problemas que arrastra por su egocéntrica y alocada e irresponsable gestión como gobernador. Él, dicen quienes saben, cuenta con el apoyo de su padrino Emilio Gamboa, coordinador de los senadores del PRI –y quien se supone lo hizo mandatario de Chihuahua-, y del secretario de Hacienda, Luis Videgaray.

Hay quienes incluyen en este apoyo al exgobernador de Hidalgo y actual secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, así como al jefe de la oficina de la Presidencia, Aurelio Nuño.

Lo cierto es que la supuesta “triada” de la que hablan otros columnistas no existe por la sencilla razón de que Luis Videgaray y Osorio Chong no comparten la misma agenda política y porque casi ni se hablan. Eso quedó demostrado el sábado pasado cuando los organizadores del evento del PRI al que fue el presidente Enrique Peña Nieto, se les ocurrió sentarlos juntos y pasaron ahí parados frente a sus sillas, pero sin siquiera saludarse y  menos dirigirse la palabra. Ambos estuvieron -colocados espalda con espalda-, conversando con otros con tal de no tener que hablarse. De eso fueron testigos cientos de priístas que los rodeaban.

El segundo punto por el cual se puede afirmar que la “triada” de apoyo a Duarte es un mera especulación, es porque Nuño es justamente el cuarto aspirante a suceder a César Camacho en el PRI.

¿QUIEN DESIGNARÁ?

Hay quienes como mi examigo Pereyra, que afirman que el próximo presidente del PRI surgirá del apoyo que le den los gobernadores y otros poderes fácticos y estructurales dentro del tricolor a alguno de los aspirantes.

Yo creo que quien decidirá es el presidente Enrique Peña Nieto.

Para mí, el asunto es simple: Peña no puede dejarle a nadie imponerle un presidente del PRI que será quien opere su sucesión en 2018.

No se lo va a permitir a ningún gobernador o a un grupo de gobernadores, ni a sus secretarios de Hacienda o de Gobernación, que son hasta hoy los dos más claros precandidatos presidenciales a sucederlo.

El será quien controle su sucesión. Y como presidente de la República que recobró el poder para el PRI, es quien lleva mano en las designaciones. Bueno, en el peor de los casos, tiene el poder del veto.

Habría que recordar hoy lo que Peña dijo el sábado pasado:

Hablaba del peligroso ascenso en el mundo y en México de las corrientes populistas, esas cuyos dirigentes ofrecen cosas imposibles de cumplir. Este fenómeno indicó, va aparejado a “una crisis global de falta de credibilidad y confianza en las instituciones”.

Y ello se deriva de un “cambio de paradigma, un cambio de modelo en las relaciones entre ciudadanos e instituciones”, precisó.

Ocurre, dijo, que cambios demográficos junto con avances en los niveles educativos y de la revolución tecnológica, hacen que los ciudadanos estén hoy más informados y tengan a su alcance nuevos medios para expresarse, organizarse y hacerse presentes.

“Estas tendencias, lejos de frenarse, se habrán de acelerar… (por ello) nuestro partido necesariamente tiene que renovarse para enfrentar esta nueva realidad… (de ahí que) una vez más tenemos que actualizar y reformar a nuestro partido para que siga siendo el partido de la transformación nacional.

“Es momento de que el PRI actualice su organización y estructura para reflejar las nuevas condiciones y dinámicas sociales del país.

“Es momento de que el PRI regrese a las universidades,  que despierte nuevamente el entusiasmo de la juventud.

“Es tiempo y oportunidad de que nuestro partido sea un espacio de participación para los jóvenes talentosos, comprometidos con su país… de que el PRI renueve su misión ética y social en favor de los menos favorecidos, de los que padecen hambre y viven en marginación… tiene que ser el partido solidario, el que procura a los adultos mayores y abre oportunidades a las personas con discapacidad.

“El PRI tiene que ser el principal aliado de los trabajadores y campesinos; el auténtico promotor de los emprendedores y el firme respaldo de las clases medias que buscan mejorar sus condiciones de vida… el de la igualdad y la libertad… el que reconoce y empodera a las mujeres. El partido que incluye y da voz a quienes son discriminados.

“En pocas palabras: el PRI tiene que ser la opción de todos los que quieren construir un mejor país… de los millones que quieren un México exitoso y en constante ascenso.

“Hagamos del PRI un espacio para escuchar e intercambiar propuestas y opiniones en favor del desarrollo nacional. Seamos promotores del debate; seamos los primeros en escuchar y tomar en cuenta los puntos de vista de la nueva sociedad mexicana… El PRI tendrá la oportunidad y la obligación de darle valor y prestigio a la política.

“Con acciones concretas en favor de la transparencia, la rendición de cuentas y el combate frontal a la corrupción, las autoridades emanadas del PRI deben ser ejemplo de una nueva mística de integridad en el servicio público”, subrayó.

De todos los aspirantes antes mencionados, quien encaja dentro de este grupo de condiciones que expone Peña Nieto, es Aurelio Nuño.

Bueno, eso es lo que yo veo. Ya sabremos hacia el 20 de agosto si estuve cerca o lejos de una proyección viable.

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