Precisamente es la manipulación del sufragio de los pobres, corrompidos con un saco de cemento, o tabiques para levantar un cuartucho, o cualquier otra cháchara, lo que mantiene en el poder a los políticos corruptos, que además se cobijan con el manto de la impunidad y que consideran a la política como una gran oportunidad de negocios, grandes transas para enriquecerse y resolver su propia vida y la de sus allegados. Nunca para ser empleados de los pueblos. O sea, la política al revés. Consiguen a como de lugar los votos del hambre.
En las elecciones de ayer en Chiapas, los teléfonos de la Fepade (Fiscalía Especial para Atención de Delitos Electorales), por ejemplo, estuvieron descolgados o cortados, mientras los mapaches de Velasco Coello, un gambusino impúdico y sin principios, acarreaban a la pobretada para sufragar verde, en todo el territorio chiapaneco. Y para denunciar toda la suerte de delitos electorales no había nadie. En la Fepade, nadie respondía cuando alguien intentaba presentar una denuncia. Y aunque lo que en realidad ganó fue el abstencionismo, la compra de votos le funcionó al gobernador, ya que logró que la mayor parte de Chiapas siga pintada de verde. El cártel de los verdes seguirá negociando con las riquezas de los chiapanecos.
Hablando de la jornada electoral de este domingo en el estado sureño, un excelente titular del portal Chiapas Paralelo retrató magistralmente lo ocurrido en la entidad, gobernada por un político sinvergüenza, que hasta la tarde de este lunes, aún no terminados los primeros conteos, buscaba a como diera lugar el carro completo para el partido verde, a costa de la legalidad del proceso.
Y así, el cabecero de Chiapas Paralelo tituló el análisis de Sarelly Martínez Mendoza: En Tuxtla ganó el hartazgo; en Chiapas, el acarreo. Y es que los mapaches verdes y tricolores siempre se aprovechan de la ignorancia de las mayorías chiapanecas, que votan, como ocurre en todo el país, por quien les dé algún regalo aunque se la pasen muy mal durante todo el periodo en que el presidente municipal tarda para engordar sus cuentas bancarias.
En Tuxtla es otro cuento. Mucha gente está harta de los irresponsables alcaldes que han votado desde hace toda la historia del municipio. (Uno que otro se salva.) Y en la capital no ganó la avaricia electoral del gobernador. Su muchacho resultó perdedor cuando ya se daba como operador de los negocios tuxtlecos del güero.
El vergonzoso caso electoral de Chiapas nos lleva a otro frente. En los próximos días el Coneval (Consejo Nacional de Evaluación) dará a conocer su informe 2015 acerca de la pobreza, que en estos años de neoliberalismo salvaje y pillerías impunes, amén de cruzadas contra el hambre, ha aumentado en número a pesar de que el discurso oficial diga lo contrario. Además, el Coneval les refregará en la cara a los políticos el hecho, igualmente vergonzoso, de que no hay calidad en los servicios que, si no hubiera corrupción, mejorarían los niveles de vida de los millones de pobres.
“Aumenta el número de pobres en el país: Coneval. Afecta a familias alza en precios de alimentos; ‘Calidad de servicios aún sigue pendiente” fue lo que reportó el diario El Universal en su edición de este lunes, en base a una entrevista von Gonzalo Hernández Licona, secretario ejecutivo del Coneval, “Si bien hay avances en la cobertura de educación, salud y vivienda, su calidad sigue pendiente, pues no avanza a la misma velocidad”, agregó.
En fin, que los políticos corruptos del partido que sea se aprovechan de la pobreza, que conlleva ignorancia supina, de millones para afianzarse en los puestos públicos y desde ahí enriquecerse.
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