La integrante de la Comisión de Igualdad de Género dijo que debemos aspirar a una sociedad plenamente democrática donde la inequidad sea cosa del pasado, la pobreza borrada por el desarrollo de la mujer y la violencia un mal recuerdo que quedó en el archivo de la historia.
Pero para lograrlo, apuntó, es necesario que exista igualdad de oportunidades en el trabajo, en el ascenso a puestos directivos y de gobierno, igualdad de salarios a trabajo igual, así como competencia social donde la capacidad de mujeres y hombres sea lo importante, no la condición de género, rompiendo el techo de cristal prejuiciado de la sociedad que piensa que no es posible lograr dicha igualdad, terminando con los roles que por costumbre le han dado a la mujer.
Señaló que combatiendo la inequidad y la pobreza sin distingo de género, la violencia hacia la mujer tendrá que ir extinguiéndose en la medida que la sociedad se quite de prejuicios y estereotipos que los medios de comunicación difunden de manera masiva, si empezamos cambiando lo que se difunde.
Datos oficiales, recordó, señalan que la desigualdad de la mujer se agudiza con la pobreza, sobre todo en sectores de los pueblos originarios que son los más marginados, en las jefas de familias que son millones y que reciben salarios más bajos que los hombres en todo el país.
Mejía Guardado comentó que si bien el acceso de la mujer a la educación es creciente, no lo es lo mismo al mercado laboral y a los beneficios sociales, donde persiste la inequidad de género, sin que ninguna autoridad del ramo vele por los derechos laborales de las trabajadoras, ni por sus derechos humanos elementales, de esos que en eventos para la foto, se mencionan mucho de manera retórica.
“Es tiempo de ir remontando los últimos lugares en la clasificación mundial de igualdad o desigualdad de género que tenemos en los diversos índices”, subrayó.
La legisladora del Sol Azteca mencionó que a nivel político la presencia de la mujer ha crecido pero debe ser paritaria con el hombre, que todavía utiliza conceptos de proporcionalidad horizontal y vertical para simular su participación como candidatas a los diversos puestos de elección popular.
“No debemos ser sólo las que demandamos servicios públicos en las colonias, mejoras en los pueblos y comunidades, atención de salud para las familias, las que hacemos las campañas políticas y estamos en la foto con los candidatos varones que hablan del respeto a nuestros derechos humanos, sino también las que desde cualquier posición implementemos las políticas públicas de género junto con el hombre, para que sean transversales en la sociedad en su conjunto. Sólo así la igualdad de género será algo tan cotidiano que poco hablaremos de inequidad, pobreza y violencia”, concluyó.