El evento fue organizado por el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria (CEDRSSA), en donde el director de ese centro, José Cárdenas Elizondo, dijo que es indispensable dar viabilidad a la producción agropecuaria y conjuntar esfuerzos de investigadores y distribuidores para encontrar un equilibrio en el sector, cubrir las necesidades del ámbito comercial y ofrecer precios competitivos a la población.
Consideró que la legislación en materia de semillas prevé desde hace varios años un fondo para financiar la investigación, el cual no se ha materializado. “Es un elemento más de letra muerta”, expresó.
Al dar la bienvenida al seminario, indicó que aun cuando se reconoce la importancia de la investigación en agricultura, “no es congruente con su atención y desarrollo”.
Hay mucho por hacer para enfrentar los rezagos tecnológicos de los pequeños y medianos productores, la degradación de recursos naturales y para cubrir las necesidades del sector agrario, apuntó.
Reconoció la labor y logros científicos, el aprovechamiento de los avances de otros países y llamó a tomar conciencia de las transformaciones que se han dado.
“La frontera agrícola y la superficie cosechada han permanecido prácticamente estables por decenios, pero la producción ha crecido de la mano de los rendimientos promedio, y la tecnología explica esas tendencias”, subrayó Cárdenas Elizondo.
Destacó que la agricultura protegida ha implicado un cambio tecnológico de gran repercusión productiva, por lo que “hay que evaluar su significación y cómo han contribuido las nuevas tecnologías para utilizar el suelo con nuevas semillas y técnicas de irrigación en un nuevo modelo intensivo para diversos cultivos”.
El director general del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (CINVESTAV), del Instituto Politécnico Nacional (IPN), José Mustre de León, señaló que muchos aspectos de la Ley de Bioseguridad están diseñados para compañías y no para el trabajo de los centros de investigación.
Por ello, se pronunció por modificar la legislación, para posibilitar un progreso más rápido y lograr un impacto mayor en el campo.
En su ponencia “La investigación avanzada y su contribución al desarrollo nacional”, indicó que esta institución fue pionera en determinar el genoma de especies importantes, como el agave, el chile y el aguacate.
Entre 2006 y 2008 se realizó la secuenciación del genoma del maíz, “en cuyo caso fue todo un reto en términos de la tecnología existente, lo que nos impulsó a tener el equipamiento más importante de América Latina”, subrayó.
Afirmó que para tener éxito en la introducción de especies resistentes, es muy importante la parte de desarrollo en ciencia básica, lo que ha colocado a México al nivel de países como Estados Unidos, China, Brasil o la Unión Europea.
Destacó la importancia de la inversión para lograr un buen nivel de progreso. “Aunque tenemos desarrollos en ciencia, no vamos a la par de las necesidades del campo, vamos un poco retrasados”.
El secretario de Energía del CEN de la Confederación Nacional Campesina (CNC), Jorge Gage Francois, señaló que nuestro país es el segundo importador mundial de alimentos y si no se realizan “políticas asertivas, está pronosticado por la FAO que hacia 2030 seremos el primer importador de alimentos, tanto de semillas como de carne”.
Mencionó que ha habido un mayor crecimiento de la demanda de alimentos y no se tienen mayores superficies para producirlos, lo que genera un déficit permanente, por lo que la seguridad alimentaria debe ser una prioridad nacional. Agregó que esta presión de demanda ha traído incrementos de precios, a lo que se le suma el encarecimiento de los insumos.
Por ello, dijo, la CNC establece algunos planteamientos, cuyo objetivo es lograr la autosuficiencia alimentaria y que ésta sea nutritiva, inocua y suficiente, así como establecer mecanismos de resarcimiento económico y social de la calidad de vida de las familias rurales.
Asimismo, propuso fortalecer las instituciones y organismos de investigación e innovación; establecer una planeación y políticas públicas en materia de investigación del campo, con una visión de trabajo de largo plazo; fomentar el empleo de nuevas tecnologías; establecer y fortalecer la vinculación empresarial y la generación de valor agregado, así como generar iniciativas legislativas y presupuestarias que detonen la investigación.
Por su parte, el director general del Instituto Nacional de Pesca y Acuacultura, Pablo Roberto Arenas Fuentes, indicó que es indispensable impulsar la acuicultura para garantizar la calidad de los productos.
Expresó que cada año se genera en México un millón y medio de toneladas de productos del mar a través de la captura, por lo cual la mayor parte de especies que se obtienen son silvestres y no permiten su manipulación para alimento.
Agregó que el Instituto busca instrumentar modelos de asociación y crear alianzas con otros organismos públicos y privados, para reforzar proyectos que abonen a mayores producciones de peces.