En la discusión del órgano colegiado fue planteada la “preocupación” que despierta la suspensión por parte del gobierno de una de las partes de la reforma educativa, anunciada por el gobierno una semana antes de las elecciones del 7 de junio, pero retomada un día después de los comicios.
La junta de gobierno del banco central destacó que en el primer trimestre la actividad económica se moderó, por un menor ritmo de la construcción, la debilidad en la producción petrolera y las manufacturas, de acuerdo con la minuta de la reunión de política monetaria, publicada este jueves. En cambio, se advierte una recuperación del gasto interno.
La reunión se realizó hace dos semanas y en ella la junta de gobierno decidió mantener en tres por ciento su tasa de referencia.
Durante la discusión, un integrante de la junta de gobierno aseveró que parece difícil que se observe una importante aceleración del producto en los siguientes trimestres a la luz del patrón histórico de crecimiento en la última década y media, a lo que otro miembro añadió que preocupa el posible impacto negativo proveniente de la reciente suspensión indefinida de una de las piezas fundamentales de la reforma educativa.
En cuanto al balance de riesgos para el crecimiento, la mayoría consideró que éste permanece sin cambio respecto a la anterior decisión de política monetaria, de acuerdo con la minuta.
Algunos integrantes agregaron que dicho balance sigue siendo a la baja.
En particular, mencionaron la posibilidad de un nuevo descenso de la plataforma de producción de petróleo, así como un mayor deterioro de la confianza del productor.
“Uno de ellos agregó que el escalamiento de problemas sociales o una implementación de las reformas estructurales que no satisfaga las expectativas podrían afectar la confianza tanto de empresas como de hogares”, señala la minuta.
Como factores adicionales de riesgo, destacó que la reciente recuperación del consumo privado puede debilitarse en ausencia de una mejora más clara de sus determinantes, y que la economía mexicana puede enfrentar un entorno externo más complicado de lo previsto en caso de una recuperación débil de la economía de Estados Unidos o de un periodo prolongado de incertidumbre como resultado de la normalización de la política monetaria de ese país.