Este tren recuperado modelo NM-83 A, motrices 0436/0437 es uno de los 59 que adquirió el STC entre los años 1985 y 1986, y uno de los 51 asignados para circular en la llamada Línea verde, la tercera más concurrida de la red, con 800 mil usuarios al día en promedio, porque cruza las delegaciones Gustavo A. Madero, Cuauhtémoc, Benito Juárez, Álvaro Obregón y Coyoacán.
La “Reparación de 105 trenes que están fuera de servicio” es uno de los compromisos adquiridos por el STC a raíz del ajuste a la tarifa de diciembre de 2013. La recuperación de los convoyes corre a cargo de los trabajadores del propio STC.
El tren Juan Rulfo implicó una inversión de 30 millones 991 mil pesos, para la compra de refacciones y materiales nuevos; principalmente, ruedas de seguridad, kits de diferenciales, partes para mantenimiento a escobillas y contactores electroneumáticos, además de soportes elásticos de suspensión secundaria, grasa para masas de ruedas portadoras y guías, tanques de enfriamiento y pintura para carrocería de los nueve vagones.
El trabajo consistió en el desacoplado y sopleteado de la caja, bogie, integración y acoplado de sus componentes, incluyendo las piezas y refacciones nuevas, y las pruebas estáticas y dinámicas del tren, para certificar y garantizar su correcto funcionamiento.
De los 25 trenes recuperados e integrados a la circulación, seis -más del 25 por ciento- han sido asignados a la Línea 3. Se trata del 11, José Emilio Pacheco; el 16, Daniel Cosío Villegas; el 18, Francisco Gabilondo Soler Cri-Cri; el 19, Gabriel Vargas; el 20, José Vasconcelos y ahora el tren 25, Juan Rulfo. Le sigue la Línea B, con cinco convoyes y la Línea A, con cuatro.
Los trenes recuperados brindan servicio a los usuarios de las Líneas 1, 3, 5, 7, 8, 9, A y B. De acuerdo con el reporte de operaciones más reciente del Metro, por esas rutas transitan 914 millones de personas al año. También cubren 19 de las 20 estaciones con mayor afluencia del Metro.
La Línea 3 es la segunda más extensa de la Red del Metro, con 23.6 kilómetros, de los cuales 21.2 kilómetros corresponden al tramo en servicio de sus 21 estaciones y el resto se usa para maniobras en los garajes de las terminales de Indios Verdes y de Universidad. La infraestructura de esta ruta la convierte en la tercera de mayor demanda, lugar que ocupa desde su inauguración en noviembre de 1970, para beneficio directo, entre otros, de miles de estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
Asimismo, cruza tres de los principales centros hospitalarios del país, como son el Hospital General de México; así como los Centros Médicos Nacionales Siglo XXI y La Raza. Avanza por importantes zonas comerciales y de servicios del sur y centro de la Ciudad de México y acerca a la Basílica de Guadalupe, el centro religioso de mayor afluencia en América.
En esta ocasión se eligió nombrar Juan Rulfo al tren recuperado número 25 y colocar dovelas al interior de los vagones, en homenaje por el 98 aniversario de su natalicio el pasado sábado 16 de mayo. El escritor fue originario de Sayula, Jalisco, donde vio la primera luz en 1917 y falleció el 7 de enero de 1986, en la Ciudad de México.
Sus obras de cuentos El Llano en llamas (1953) y la novela Pedro Páramo (1955) fueron los pilares para que Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno, nombre completo del jaliscience, alcanzara el reconocimiento mundial.
Ambas obras han sido difundidas ampliamente, con más de 50 traducciones a idiomas como: inglés, francés, alemán, portugués, italiano, holandés, italiano, japonés, griego, chino, turco, hebreo, árabe y serbocroata, entre otros.
La relevancia de su obra hizo que otros grandes escritores como Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes, Jorge Luis Borges, Mario Benedetti, José María Arguedas y Emmanuel Carballo, reflexionaran sobre su obra.