Se requiere que ambos funcionarios expliquen “las consecuencias de la devaluación del peso y la persistente caída de la economía mexicana para 2015”, indicó su coordinador, Miguel Alonso Raya, en un comunicado de prensa.
“El país necesita certidumbre y respuestas consistentes a estos importantes temas (económicos) para que su Producto Interno Bruto pueda llegar a tasas de crecimiento del PIB, del orden del 5.0 a 6.0 por ciento anual”.
Esta semana, Carstens Carstens modificó a la baja el pronóstico de crecimiento del país, a un intervalo de 2.0 a 3.0 por ciento para 2015, y este jueves la SHCP hizo lo propio al bajar en un punto porcentual sus proyecciones, para ubicarlas de 2.2 a 3.2 por ciento de crecimiento en este año.
Alonso Raya señaló que se continúa en un contexto económico complejo y volátil.
“La economía mexicana muestra indicadores preocupantes: la devaluación del peso continúa, la deuda se revalúa, ya se ubica en 7.4 billones de pesos que equivale a 43.7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), es decir, dos puntos arriba de lo que representaba en 2014”, agregó el líder parlamentario.
Sostuvo que “toda esta relación de hechos, anuncios e indicadores, son sumamente preocupantes, ya que seguramente impactarán la evolución y la estabilidad de las finanzas públicas, lo que acelerará la inestabilidad macroeconómica y la débil trayectoria del crecimiento de la economía”.
El diputado perredista afirmó que la devaluación del peso encarece las importaciones de México e introduce presiones cambiarias e inflacionarias, lo cual incrementa la incertidumbre en el mercado interno y afecta la inversión y el crecimiento potencial de la economía mexicana.
Comentó que su fracción también insistirá en que Videgaray Caso explique los Pre-Criterios de Política Económica 2016 y su vinculación con el denominado Presupuesto Base Cero, además de la evolución de las finanzas públicas y su impacto en la estabilidad y el crecimiento de la economía nacional.
“La economía mexicana se encuentra en medio de una creciente inestabilidad, presiones cambiarias, caída de ingresos petroleros, crecientes presiones al déficit y a las finanzas públicas, por la vía de un acelerado crecimiento de la deuda y de un incremento en el saldo histórico de los requerimientos financieros del sector público”, subrayó.